No hay confinamiento ni desescalada que frenen las iniciativas emprendedoras que la comunidad de montes de la parroquia gondomareña de Couso tiene en marcha para generar empleo y ganar terreno al eucalipto diversificando el uso del terreno forestal. Un modelo de gestión que la ONU reconoció como ejemplo a seguir internacional hace un año. La crisis ha frenado en seco las ventas de sus productos estrella: las setas shiitake y los frutos rojos. Pero no se echarán a perder porque la recolección de hongos puede retrasarse y las frambuesas, arándanos y grosellas, congelarse. Mientras estudian cómo darles salida en cuanto avance la "nueva normalidad", los comuneros se preparan para sacar al mercado en otoño la primera gran cosecha de castañas del Val Miñor.

La campaña de recogida arrancará en septiembre en una superficie de 5 hectáreas ubicada en la zona denominada A de Puga, con castaños que doce años después de la plantación han llegado a adultos y están listos para producir, explica el presidente de la entidad, Xosé Antón Araúxo.

Igual que en el caso de las setas y los frutos del bosque, la comunidad ha llegado al momento de la cosecha tras realizar un estudio pormenorizado de viabilidad, que estima la facturación anual bruta en 5.000 euros por hectárea. Serán 25.000 al año de momento, pero podrán incrementarse hasta 65.000 en cuanto estén preparadas las 8 hectáreas que los comuneros acondicionan en otros dos puntos para ampliar la producción.

Carné para recolectar

Como en cualquier plantación privada, la recolección se reserva a los comuneros y la sociedad mancomunada busca la fórmula jurídica para que una parte de los beneficios de la cosecha recaigan en sus bolsillos. De momento, lo que tienen claro es que entregarán un carné exclusivo a cada uno de los miembros de la entidad que le dará derecho a recoger castañas en el "souto".

De vigilar que ninguna persona ajena al colectivo se las lleve se encargará la brigada de vecinos que "patrulla" el monte para prevenir los incendios. Son una veintena de comuneros que salen voluntariamente a pasear y aprovechan para echar un vistazo y alertar de cualquier sospecha. Será un sistema de control similar al que se emplea contra el furtivismo marisquero. "Faranse vixiancias na zona e, se se detecta calquera persoa collendo castañas que non sexa comuneira, pediráselle que deixe de facelo ou que marche. Se non o fai, avisaranse as forzas de seguridade", indica Araúxo.

Las castañas de Couso se venderán de momento en fresco. La junta rectora está en contacto con una cooperativa de Ourense para la comercialización. Más adelante, esperan "facer un procesado para fabricar fariñas ou mesmo envasalas en almíbar", apunta el presidente. El modelo de transformación de la materia prima les ha funcionado con las frambuesas. Bajo la marca propia "Acolá" elaboran más de un millar de botes de mermelada al año que venden en medio centenar de tiendas gourmet de toda Galicia.

El objetivo es una vez más "crear emprego". Será a largo plazo, según se vaya ampliando la producción. "O monte pode ser o futuro", recalca Araúxo. Y en momentos de crisis como el actual "e co desastre que está por vir, a Xunta debera apostar por este tipo de alternativas", añade.