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Amontonan restos de animales en Belesar

Hallan tres cadáveres de vacas en descomposición en A Granxa sobre decenas de huesos

Numerosos restos de huesos y cuernos de ganado se acumulan en un barranco próximo al Alto de A Groba. // Jose Lores

Sin rastro todavía de los autores de la brutal matanza de cuatro yeguas salvajes en los montes de la parroquia oiense de Viladesuso, la Serra da Groba registra un año después otro macabro hallazgo. Esta vez, a unos pocos kilómetros, en la baionesa de Belesar, concretamente en la zona de A Granxa. Vecinos de la zona han encontrado los restos de una vaca y dos terneras en descomposición en un barranco próximo al nacimiento del río Groba, depositados sobre decenas de huesos de animales. Un lugar que parece haberse convertido en punto de vertido ilegal y continuado de cadáveres de ganado, y que no es el único en el entorno.

La localización de este "cementerio" a cielo abierto se remonta al día de Navidad. Una pareja que prefiere mantener el anonimato paseaba por una pista forestal vio los tres cadáveres sobre los restos óseos y tomó las fotos que dio a conocer esta semana en las redes sociales. En la publicación denunciaban que los animales habían sido llevados al lugar en algún tractor o camión que los habría volcado desde el vial de tierra para que se despeñasen talud abajo. Las huellas de las maniobras del vehículo todavía se apreciaban con claridad sobre el camino. De los cuerpos queda poco más que la cornamenta y la estructura ósea, que se han mimetizado ya con los restos animales depositados con anterioridad, según comprobó este diario.

Alarmados por la proximidad de aquellos desechos al río y a varios manantiales de agua que la comunidad de aguas de la zona podría explotar en el futuro, dieron aviso al Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona) de la Guardia Civil, aseguraron. Pero no hay constancia oficial del vertido, según indicó la Comandancia de Pontevedra a este diario.

Tampoco el Concello de Baiona tenía conocimiento ayer del amontonamiento de cadáveres. No obstante, el concejal de Medio Rural, Iago Pereira, se comprometía a contactar con las comunidades de montes de la parroquia para obtener información y tomar las medidas que correspondan.

Los comuneros tampoco conocían la existencia de este último vertido, aunque no les sorprende. Las dos comunidades de montes de la parroquia han denunciado otros similares en sus montes en los últimos años, sobre todo de caballos. El presidente de la sociedad mancomunada de Belesar, Pablo Sánchez Román, asegura que "el vertido de animales es un problema que se repite con frecuencia a lo largo de los más de tres kilómetros de la pista forestal que conduce a Torroña". Tanto él como su homólogo en la comunidad de montes foral de A Groba, Alejandro Troncoso, han acudido varias veces al cuartel por este motivo. Pero hasta el momento no se ha resuelto la investigación. Los autores se ocupan de dificultar la labor a las fuerzas de seguridad y "dejan los cuerpos sin cabeza o les cortan las partes donde tienen las marcas a fuego o el microchip", apuntan.

No hay certezas sobre el origen de estos tétricos depósitos, pero sí muchas sospechas. Es un secreto a voces en el entorno que, cuando se muere por enfermedad alguna vaca, oveja o cabra en alguna casa, no siempre se cumplen los protocolos que establece la normativa de la Xunta para deshacerse de los cadáveres.

Los propietarios de reses están obligados a avisar al servicio de recogida de animales homologado, la empresa Gestora de Subproductos de Galicia (Gesuga). Pero algunos prefieren evitarse los gastos que supone el traslado y eliminación de los restos y optan por tirarlos en el monte o incluso contratar a alguien que lo haga. Y es que, según denuncian desde hace años sindicatos ganaderos como Unións Agrarias, el "monopolio de esta empresa en la gestión de residuos animales dispara los precios en Galicia y deshacerse de una vaca muerta cuesta a su dueño entre 200 y 300 euros y de una oveja, en torno a 100", asegura uno de los dirigentes de esta organización, Román Santalla.

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