La aspiración de convertir el Aloia en un buen ejemplo de gestión de agua y de los hábitats asociados está sobradamente explicada con los cinco corrientes fluviales que nacen en él, además de ser zona de recarga de acuíferos. Para alcanzar los objetivos propuestos, se establecen cuatro programas de actuación, que incluyen también la preservación de los hábitats más representativos y un programa de investigación, seguimiento y evaluación.

El nuevo PRUX resalta su potencial para postularse como un espacio en el que se desenvuelven modelos de explotación silvícola de monte comunal que, además de ser rentables y sostenibles, son compatibles con la conservación de la biodiversidad. De hecho, el Aloia es propiedad de dos comunidades de montes.