Daniel, Diego, María y Elena no se imaginaban lo que sucedería en la madrugada del pasado martes. A miles de kilómetros de sus casas, estos cuatro estudiantes de Comercio Internacional del IES Ribeira do Louro, en Porriño, vivieron el peor terremoto de las últimas cuatro décadas en Albania, que ya se ha cobrado al menos una veintena de vidas y ha causado heridas a cientos de personas.

Por suerte ellos no están en ninguna de las listas de damnificados y solo han sufrido daños materiales en el piso que comparten en la capital albanesa. Allí residen desde el 18 de septiembre, gracias a un programa Erasmus, y acuden a diario a la Universidad Europea de Tirana, a 34 kilómetros del epicentro del seísmo de magnitud 6,4, que ha dejado un panorama desolador en las localidades costeras. "Aquí algún edificio ha sido evacuado, sobre todo los más antiguos, pero no hubo derrumbes, sí algún desprendimiento pero al haberse producido de madrugada las calles estaban vacías y no se registraron heridos de consideración", explica Daniel Edreira.

Este salvaterrense, casado y padre de dos hijos, relata a FARO DE VIGO cómo vivió el momento. "Eran las 03.55, yo estaba durmiendo y un estruendo muy muy fuerte me despertó, enseguida me levanté y también mis compañeros, alguno de los cuales ya habían sentido minutos antes un temblor. Lo más impresionante fue la duración, dicen que unos 40 segundos, pero se nos hizo eterno, parecía que todo se movía y no paraba, veías cómo se dibujaban grietas en paredes y marcos, era asombroso". ¿Y cómo actuó este grupo de jóvenes? Pues "en principio no sabíamos muy bien qué hacer, si salir o quedarnos, uno salió a la calle y tres permanecimos dentro. Una vez pasó, cansados todos, decidimos acostarnos y cuando cogí el sueño, sobre las 07.00, de nuevo me desperté con una réplica. No fue tan fuerte pero ya entonces, asustados, decidimos salir".

Y así, en la calle, pasaron gran parte de la jornada del martes en la que se registraron más réplicas. Daniel, de Salvaterra; Diego, de Mos; María, de Redondela y Elena, de Tui. Estuvieron "más fuera que dentro". "No tuvimos clase, ya no solo porque se suspendiera, sino porque justo esta semana en la Universidad comenzaban los exámenes y nosotros la teníamos más ociosa, sin la obligación de acudir al aula. A la hora de acostarse nos costó conciliar el sueño, uno ya estaba como paranoico y veía movimientos donde no los había", declara a la vez que asegura que "hemos tenido mucha suerte, estamos sanos y salvos".

La misma suerte tuvo otro grupo de compañeros, estudiantes también del instituto porriñés que cursan este primer trimestre en otra universidad albanesa, la de Elbasan. Son Alberto de Marín, Elvira y Tamara de Mos y Natalia de Porriño, "ellos allí lo han notado mucho menos, alguno ni se ha dado cuenta, la localidad está más apartada, más lejos del epicentro y se sintió pero con mucha menos magnitud".

Sus familias, "que desde el primer momento, al ver la noticia en los informativos de la tele, nos llamaron para conocer nuestro estado y asegurarse de que estábamos bien", los esperan para pasar la Navidad. El 20 de diciembre es la fecha marcada para su regreso.