Un vecino de Gondomar de 27 años fue condenado ayer a un año y ocho meses de prisión por los delitos de conducción temeraria, atentado y resistencia grave a la autoridad y negativa a someterse a las pruebas de alcoholemia. Se trata de un joven que sembró el pánico el pasado 20 de diciembre en pleno centro urbano a base de trompos, derrapajes y frenazos al volante de un Honda Civic en el entorno de la Avenida Elduayen, minutos antes de las 9 de la mañana, con numerosos alumnos de colegios e institutos camino de las clases, tanto a pie como en coches con sus familias y en autobuses.

Conductores y viandantes alertaron a la Policía Local y a la Guardia Civil ante las peligrosas maniobras, pero huyó. De manera que los agentes de ambos cuerpos montaron un operativo en su busca. Lo localizaron y detuvieron una hora más tarde en la Avenida da Feira con síntomas de embriaguez y se negó a realizar el correspondiente test, según los atestados policiales. Según recogen estos informes y el escrito de acusación, el condenado propinó patadas y empujones a los agentes e incluso golpeó los muebles de la sala donde fue trasladado tras el arresto, rompiendo un radiador.

La Fiscalía solicitaba dos años y cuatro meses de cárcel y privación del derecho a conducir vehículos a motor durante cinco años, además de una multa de 300 euros. El juicio, previsto en el Juzgado de lo Penal número 1 de Vigo, acabó en conformidad y el acusado aceptó la condena de 20 meses y no entrará en prisión.