Seis adultos cumplieron esta mañana su ofrenda con Santa Marta, en la multitudinaria romería de la parroquia nevense de Ribarteme. Cinco de ellos se introdujeron en ataúdes para completar, a hombros de familiares y amigos, una procesión. El sexto féretro realizó el recorrido vacío y cerrado. Tres adultos más habían reservado ataúd pero ayer no aparecieron para cumplir su promesa. También recurrieron a la Santa otros devotos que caminaron en procesión con una mortaja e incluso descalzos, como señal de desesperación por sanar y mantener con vida a sus seres queridos.

Más allá del agradecimiento y la emoción de quienes han visto casi "resucitar" a sus seres queridos, a la romería asistieron muchas personas atraídas por la singularidad de la romería. Aunque muchos reconocen que lo que más les gusta de la cita "es el pulpo", nadie se quiso perder la imagen de los ataúdes con con personas vivas dentro.

El numeroso despliegue de medios de comunicación, cámaras, fotógrafos y periodistas no es del agrado de muchos de los fieles. "Es una falta total de respeto" señalaban varios familiares de los ofrecidos. De hecho, algunos de ellos golpearon las cámaras de los fotógrafos que estaban haciendo su trabajo.

Más allá de los profesionales, los cientos de asistentes fotografiaron con sus teléfonos móviles la procesión que eleva a la romería de Santa Marta a una de las "más raras" del mundo. De hecho, algunos de ellos no dudaron en hacerse "selfies" con los ataúdes a sus espaldas.