"O grafitos dos muros do mosteiro son os nosos 'guernicas', mensaxes directas e claras dos que estiveron alí naquela época terrible". Así describen los autores del libro "Con otra mirada. El horror de la Guerra Civil Española en el Monasterio de Oia. 1936-1939" las pintadas que los prisioneros que vivieron el calvario del campo de concentración entre los muros del cenobio, que la propiedad trata de restaurar para mostrarlas al público en breve. El trabajo, editado por el Concello de Oia, es obra del historiador Javier Costas Goberna y las investigadoras Lucía Álvarez Caeiro y Lorena González Vicente, y se presenta al público este miércoles, día 27, a partir de las 19.00 en la casa cultural de Santa María de Oia.

Miles de republicanos permanecieron recluidos durante la guerra en el monasterio que tan solo unos años antes, en 1931, había sido declarado Bien de Interés Cultural por el Estado. Más de 4.500, concretamente, en febrero de 1939, según indica la investigación, en un espacio con capacidad para 250 personas. El libro recoge sus vivencias en primera persona, ya que incluye entrevistas a presos y sus familiares, pero también a vecinos que recuerdan aquella barbarie. Los investigadores trabajaron además en documentación histórica al respecto y realizaron un reportaje fotográfico sobre los grafitos que aquellos hombres dejaron en las paredes.

Un total de 700 fotografías tomaron los atores del libro en tres espacios del monasterio en cuyas paredes se conservan los dibujos y textos de los presos y de algún carcelero en 1039. Las instantáneas fueron analizadas junto a otras 103 procedentes del archivo de la empresa propietaria del cenobio, Residencial Monasterio de Oia. El material gráfico revela la existencia de gran variedad de motivos entre los dibujos: escenas bélicas, proclamas, lamentos, súplicas de libertad, el duro día a día en condiciones de higiene deficitaria y escasez de alimento, la nostalgia del hogar, de la familia y del exterior, calendarios, etc. Pero también ha permitido detectar "con alarmante claridad, indican los autores, el proceso de degradación que experimentan los dibujos por el paso del tiempo. De ahí que hacen hincapié en la necesidad de poner en valor y conservar ese patrimonio.

La relación de los presos con los vecinos de Oia es otro de los aspectos en los que se centra el libro, con entrevistas en las que se relatan historias humanas de lugareños que se solidarizaron con la difícil situación de las personas encarceladas. Episodios que, a juicio de los creadores de este trabajo, deben preservarse en la memoria para no olvidar lo ocurrido. "Os que sufriron prisión no campo de concentración de Oia entre 1937 e 1939 non merecen que os esquezamos, por eles e por nós mesmos", recalcan.