Hace décadas que la sedimentación del río Miñor impide apreciar uno de los tres arcos del emblemático puente medieval de origen romano de Mañufe y el Concello de Gondomar retirará en breve toneladas de tierra del río para destaparlo. Así lo anunció ayer el teniente de alcalde y concejal de Medio Ambiente, Antonio Araúxo. Su departamento espera obtener en breve el permiso, ya que la tramitación del expediente ante Augas de Galicia "está a piques de rematar", asegura. La intervención, que su departamento pretende llevar a cabo "antes das enchentes do inverno", trata de dar respuesta a una vieja reivindicación de los vecinos de la zona que sufren cada año las inundaciones por la falta de capacidad de desagüe del viaducto. Pero también supondrá "un graniño de area" de cara a la profunda rehabilitación que necesita el elemento patrimonial más maltratrado de toda la comarca pese a su relevancia histórica y cultural.

Los primeros documentos relativos al viaducto constatan una reconstrucción en el siglo XII, en el año 1140, en el mismo lugar que había ocupado con anterioridad otro de origen romano, según los datos que recoge el trabajo "Pontes Históricas de Galicia" del Colexio de Enxeñeiros de Camiños, Canles e Portos, que lo considera mucho más antiguo que el de A Ramallosa y destaca que sobre él pasa el Camiño Portugués do Norte, que comienza en Barcelos y entra en Galicia por Goián y se une en Redondela con otras ramificaciones de la ruta jacobea.

Como concejal también de Patrimonio, Araúxo defiende que "está claro que a ponte precisa dunha forte inversión e vai sendo hora de que a Deputación, titular da carretera que lle pasa por riba, a asuma".

Pero nada más lejos de ello por el momento. Ninguna Administración ha hecho demasiado por conservarlo. El puente soporta tráfico de todo tipo, incluso pesado, desde que sus adoquines fueron cubiertos de asfalto en los años setenta del pasado siglo, se eliminaron los pretiles para ensanchar el vial y se colocaron vallas metálicas en los extremos. No hace tanto, en 2011, que la Xunta le "colgó" de nuevo las tuberías del saneamiento y el Concello, que sí desbroza el entorno de vez en cuando para hacer el monumento arquitectónico más visible, ha pintado las barandillas de rojo.

Expertos de la zona como los arquitectos Alfonso y Antonio Soliño han advertido en varias ocasiones de la necesidad de construir otro puente paralelo para retirar el tráfico del histórico para evitar que acabe derrumbándose. El Ayuntamiento encargó a Antonio un proyecto en el anterior mandato para rehabilitar el viaducto y su entorno, pero la inversión para acometerlo no acaba de llegar.

Desbroce de 6 km junto al Miñor

Por el momento, habrá que conformarse con descubrir el tercer arco que generaciones de gondomareses nunca han visto completo y con el desbroce de la ribera del Miñor a lo largo de 6 kilómetros en su margen derecho que Augas de Galicia ya ha autorizado al Ayuntamiento, desde el centro urbano hasta el límite con el municipio vecino de Nigrán. Una actuación que comenzará en los próximos días, en cuanto resuelva la contratación a una empresa, y que "ademais de favorecer as beiras do río pola eliminación de invasoras e atrancos que impiden unha boa drenaxe nas enchentes, ten outro obxectivo principal que é marcar o futuro paseo fluvial. En canto esté listo o traballo, poderase camiñar xa pola beira do río e sen necesidade de obra", añade Araúxo.