Los límites fronterizos en la "Raia" miñotana no siempre estuvieron delimitados, algo que generaba inquietud y desencuentros entre los pueblos situados a ambos lados del río Miño. No fue hasta 1864 que Juan Jiménez de Sandoval y Facundo Goñi, en representación de la reina Isabel II de España, y Nunho José Severo de Mandoça y Jacinto da Silva Mengo, en nombre del rey Luis I de Portugal, firmaron el Tratado de Lisboa (también llamado Tratado de Lindes de Lisboa), documento que establecía los límites que separaban ambas soberanías en el trayecto que se extiende desde la desembocadura del Miño hasta la unión del río Caya con el Guadiana.

Desde entonces, cada año, los representantes de los municipios de la "Raia" se reúnen para formalizar la firma del reconocimiento de las líneas fronterizas del río Miño. Dicho acto tuvo lugar ayer por la mañana en la Comandancia Naval de Tui y a él asistieron los alcaldes y alcaldesas de A Guarda, O Rosal, Tomiño, Tui, Salvaterra, As Neves, Crecente y el teniente alcalde de Arbo; los presidentes de las Câmaras de Caminha, Vilanova, Valença, Monçao, Melgaço y el vicepresidente de la Câmara de Valença; y la subdelegada del Gobierno en Pontevedra, Maica Larriba.

Con esta ceremonia, españoles y portugueses ratifican un acuerdo con más de 150 años de antigüedad que fue creado para "establecer y consolidar la paz y armonía entre las poblaciones limítrofes", según cita el propio convenio. Actualmente, con dos Eurocidades (Monçao-Salvaterra y Valença-Tui), y otra en camino (Cerveira-Tomiño), que apuestan por celebrar actividades conjuntas.