Deporte y gastronomía. Estos dos ingredientes consiguieron atraer ayer a Chapela a más de mil personas para disfrutar de una jornada dedicada al remo y también para darse un festín en la mesa, a mediodía con una enorme paella de marisco, y por la noche con el plato estrella de la jornada: tres terneros asados al carbón.

La fiesta arrancó por la mañana con la novedad de esta edición, una travesía marítima dedicada a la célebre Batalla de Rande. Más de sesenta embarcaciones de todo tipo, desde traineras y trainerillas a gamelas y kayaks, partieron desde la playa de Arealonga para seguir los rumbos y escenarios de la Batalla de Rande, a cuyos caídos se les rindió homenaje en la zona del estrecho, en el mismo punto donde en 1702 se libró el combate entre las escuadras anglo-holandesa contra la coalición hispano-francesa, en el contexto de la guerra de Sucesión.

A mediodía, los asistentes disfrutaron de una paella gigante preparada por los cocineros cántabros Ángel Lezcano y José Luis Cobo, al mismo tiempo que controlaban el asado de las tres terneras para la cena, cocinadas a fuego lento con carbón vegetal de encina. "Es un proceso largo, llevan al fuego desde las ocho de la mañana porque se necesitan doce horas para que estén en su punto", explica Lezcano. En total 660 kilos de carne para despachar 1.200 raciones.

Los veteranos del Club de Remo de Chapela también rememoraron sus años de gloria con unas regatas que se disputaron durante la tarde, y los más pequeños también se divirtieron en un hinchable junto a la carpa. La fiesta concluyó con una verbena con el grupo A Patrulla y una sesión de discjockeys.