Les queda poco para cumplir los 90 años pero tienen cuerda para rato y disfrutarán con más ilusión que nunca del homenaje que la Cofradía les ofrecerá el domingo por dedicar su vida al mar. Será tras la misa del Carmen, prevista a las 20.00, en la antigua colegiata. Rosa Granja Pérez es la percebeira veterana de Baiona y Fermín Miguel Pousa Marcote, el marinero de mayor edad.

El salitre imprime carácter y los dos son buena prueba de ello. Ella se ayuda de una muleta para acudir allí donde hay una fiesta y no deja pasar un día sin leer sus revistas o cubrir sus sopas de letras. Hasta hace poco, acudía a las clases para adultos de su parroquia, Baredo, porque "sempre se aprende algo", afirma con la frescura de la flor que le da nombre. Calzado con sus deportivas de trekking, él tampoco perdona sus paseos diarios desde su domicilio en O Burgo hasta el muelle para respirar la brisa del mar que tanto echa de menos.

Gozan de buena salud y la aprovechan a tope. De sacrificio, ya han tenido suficiente. "Antes moito se traballaba, o de agora é enredar", bromea Rosa. A los 15 años empezó a extraer percebe y algas con su madre. "Iamos andando ata Pedornes e durmiamos nunhas chozas dos labradores para ir ao mar pola mañá cedo. Despois xa tiven bicicleta e a cousa era máis doada", recuerda. Luego se dirigían a Vigo en tranvía o a Gondomar a pie para venderla en sus mercados. "Cobraba o puñado a peseta e gañaba 13 pesetas por tina", relata. Y al regresar a casa, la esperaban las tareas del hogar y las del campo.

Fermín Miguel tampoco se queda atrás en experiencia. Se embarcó a los 12 años en una gamela de remos con su abuelo. Fue progresando hasta enrolarse con su padre en el "Migueliño" y construir once años más tarde, ya como patrón, el "Nuevo Migueliño", todavía operativo. "Iamos ao pulpo e ao congrio e chegabamos ata Corrubedo", rememora. En sus 58 años de trayectoria tan solo vivió un susto, cuando un arrastrero embistió su barco en Aldán. No hubo que lamentar víctimas, "pero a reparación custou 1 millón de pesetas", cuenta. Su pasión sigue siendo el mar. "Gústame moito", repite. Y por ello no se retiró hasta los 70 años.