Fue el primer municipio gallego en vetar el tabaco en dos de sus playas hace cinco años y este verano se perfila como el primero de toda España en presumir del 100% de arenales libres de humo. El Concello de Baiona da un paso más en su apuesta por la salud y el cuidado del medioambiente a la orilla del mar y pone coto al consumo de nicotina en Santa Marta, la última de sus zonas de baño sin restricciones a los fumadores. Así lo confirmó ayer la concejala de Medio Ambiente, María Iglesias. "Lo que queremos es divulgar hábitos de vida saludable y crear conciencia sobre el cuidado del medioambiente en nuestros principales polos de atracción turística", explica.

El municipio marca tendencia en Europa en la lucha contra el tabaquismo desde 2012. El entonces alcalde y hoy conselleiro de Sanidade, Jesús Vázquez Almuiña, hizo honor a su profesión de médico e implantó la medida aquel año en los céntricos arenales de A Ribeira y Os Frades. La había copiado del estado de Nueva York, que prohibía fumar un verano antes en sus 53 kilómetros de playas. El éxito de la fórmula, disuasoria y sin multas para los "infractores", se extendió progresivamente a A Barbeira y A Concheira y la península de Monte Boi quedaba libre de humo en 2014. A Ladeira se sumaba a la lista un año más tarde, pocos meses antes de que el entonces regidor se incorporase al Gobierno gallego. Se llevó los buenos resultados del modelo en la cartera y el pasado julio lo extendió a toda Galicia con un plan al que se adhirieron 22 arenales de toda la comunidad.

Tan solo quedaba Santa Marta y María Iglesias no ha querido dejarla atrás. "Hemos comprobado que las restricciones al tabaco funcionan bien en las playas, espacios en los que conviven niños y mayores a los que debemos proteger, y que la gente las respeta. Los fumadores se conciencian de que pueden molestar y de que las colillas son muy contaminantes", recalca.

Advertidos por la señalización e incluso por los voluntarios de Protección Civil que reparten folletos informativos, por los socorristas e incluso por policías locales que patrullan la costa en verano, los adictos al tabaco salen de las playas y encienden sus cigarrillos en los accesos, donde se colocan ceniceros. También pueden hacerlo en las terrazas de los quioscos que se instalan en los arenales. Siempre hay algún despistado o "rebelde" que se salta la recomendación y se encuentran en ocasiones con "bañistas que les llaman la atención", asegura la edil. Por el momento no se han registrado altercados ni tampoco se impondrán sanciones. "No es una prohibición con afán recaudatorio, simplemente pretendemos sensibilizar", insiste.

Iglesias se muestra convencida de que la campaña contribuye incluso a crear imagen de marca de las playas baionesas, cuatro de ellas con bandera azul. Frente a los posibles detractores, afirma que "es una muy buena promoción turística porque pone en valor la calidad de nuestras zonas de baño y la salud".