El permanente conflicto entre guardapescas y furtivos en el litoral de Baiona, Nigrán y parte de Oia ha llegado a los tribunales en numerosas ocasiones. Al menos dos en los últimos cinco meses. El pasado julio, dos vigilantes y dos mariscadores ilegales protagonizaron una pelea en pleno centro de la villa real, en la calle Joselín, delante de decenas de personas. La Fiscalía acusa a los cuatro de presuntos delitos de lesiones y pide multas de 420 euros para los guardas y de 375 para los presuntos irregulares.

No hace ni un mes que otro supuesto furtivo se sentó en el banquillo en un juicio de faltas acusado de amenazas graves por parte del jefe de los vigilantes de la Cofradía, uno de los detenidos ayer. Durante la vista, ambos se cruzaron acusaciones de pesca ilegal.

Pero la convulsa actividad de los vigilantes trasciende el ámbito judicial e incluso las disputas diarias con furtivos que acaban casi siempre en denuncias administrativas. Su trabajo ha estado marcado en los últimos años por enfrentamientos en el seno de la Cofradía. El pósito cuenta con cuatro controladores desde el pasado febrero, poco después de que el actual cabildo tomase posesión tras de una moción de censura contra el anterior. Los dirigentes hasta 2013 recuperaron el servicio con dos guardas en septiembre de 2012, catorce meses después de despedir a los seis anteriores.