Eva González / FIGUIERó (TOMIÑO)

La devoción a San Campio de Lonxe, en Figueiró (Tomiño) tuvo ayer una de sus jornadas principales con misa solemne, cantada por coral, el botafumeiro para aromatizar con incienso el Santuario, procesión, ofrendas y muchas rogativas.

La fe por este mártir quedó probada con la presencia de peregrinos. "Eu veño cada ano porque unha mala enfermidade atacou ó meu fillo. Pedinlle moito, e está vivo", contaba Benita Beade, que llegó desde el Miñor, para agradecer el gran favor de la salud. San Campio se considera abogado de toda clase de enfermedades, especialmente en las cancerosas, reumáticas, nerviosas y mentales, En tiempos antiguos, se recurría a él "para curar todo o meigallo" y para sanar a los que sufrían de "ramo cativo" o posesión diabólica.

Ayer podía verse a una niña pequeña, en brazos de una mujer de edad, pasando su pañuelo por encima de la imagen sedente. No se sabe cuál era el ruego. Tampoco el de otra mujer que, con mucha devoción, le tocó con su mano.

En la homilía, el párroco José Luís Portela Trigo, incidió en la valentía de "mostrarse públicamente como cristiano" ante la sociedad y en los beneficios de la oración.