CELTA 1 - 4 REAL MADRID

El Celta sucumbe a un terremoto

El Madrid destroza al grupo de Coudet a la contra en un duelo decidido por el talento de Modric y la pegada del campeón

Javi Galán conduce el balón perseguido por Valverde, Tchouameni, Militao y Modric. // ALBA VILLAR

Javi Galán conduce el balón perseguido por Valverde, Tchouameni, Militao y Modric. // ALBA VILLAR / j.bernardo

El Celta vivió ayer la cara más amarga del fútbol frente a un Real Madrid que no necesitó emplearse a fondo para cumplir con el trámite de llevarse los tres puntos de Balaídos. El grupo de Coudet mostró ambición y se conectó pronto y bien al partido, pero le faltó pegada para concretar sus ocasiones y rigor en las acciones clave para frenar al irrebatible campeón europeo, que acabó arrollándolo a la contra tras ponerse por delante con una obra de arte de Modric. Al Madrid le bastó esperar con paciencia sus opciones, que concretó de forma implacable en el momento oportuno, sin dar opción alguna al Celta a meterse en el encuentro. La primera victoria del curso deberá esperar al menos una jornada más.

Tapia-Beltrán, nueva dupla

Un solo cambio de partida introdujo Coudet, que inició el choque con las piezas del segundo tiempo contra el Espanyol, con Tapia y Beltrán en el eje de la medular, el peruano como ancla y el madrileño de enganche con la delantera. Cervi pasó a la derecha y Óscar al flanco izquierdo. La dupla funcionó con eficacia en un fulgurante arranque de partido de los celestes, que reclamaron la pelota y la hicieron fluir con sentido de uno al otro lado del campo, explotando las bandas con rápidas incursiones de Mallo y Galán y peligrosos centros al área.

Beneficiaron al cuadro celeste las bajas en el conjunto blanco de Kroos y Casemiro, pero también la renuncia de los de Ancelotti en ir a buscar a los celestes a su campo. El Madrid prefirió plantarse en cancha propia a la espera de que un robo les permitiese salir disparado hacia el portal de Marchesín, pero el Celta le cortó el paso. Hasta el golazo de Modric, con dos penaltis entremedias, los balones a Vinicius fueron prácticamente el único recurso ofensivo de los blancos. Luego fue otra historia.

Otra de penaltis

Los penaltis volvieron a marcar el inicio del choque, pero a diferencia de los tres con que González Fuertes decidió el partido la pasada temporada, Gil Manzano pitó anoche dos manos en el área muy claras, una de Tapia y otra de Militao (inteligentemente forzada por Paciencia). Benzema y Aspas anotaron para cada bando. En este equilibrado escenario, el Celta puso el juego y las ocasiones y el Madrid mostró que con muy poco puede hacer mucho daño. Ancelotti tiene muchos jugadores diferenciales y esto siempre se nota. Si no está acertado Benzema puede tirar de Vinicius y si ambos fallan siempre está Modric para sacarse un conejo de la chistera. El croata deshizo la igualdad en el marcador con una genialidad, deshaciéndose del marcaje de Tapia en la media luna hasta encontrar hueco para colocar el balón en la escuadra con un tiro imposible para Marchesín. El Celta sintió el golpe y se fue al descanso con la sensación de haber sacado poco partido a su juego.

Contragolpes mortales

El guion del choque cambió por completo tras el intermedio. El Celta siguió dominando la pelota, pero fue el Madrid el que lo hizo todo. Le bastó otra genialidad de Modric mientras los celestes se afanaban en protestar una acción por mano (que no fue) de Militao en el área. El mago croata aprovechó el descampado que el Celta había dejado a su espalda para poner un perfecto servicio a Vinicius, que galopó en solitario hacia Marchesín, regateó al portero celeste y empujó la bola a puerta vacía, convirtiendo la victoria celeste en misión imposible.

El Celta lo siguió intentando con las mismas premisas y quizá algo más de riesgo, lo que permitió al conjunto blanco decidir el choque en otra contra mortal resuelta con brillantez por Valverde tras un robo de Tchouameni en terreno céltico. Demasiado castigo para un Celta esforzado y diligente, al que el Madrid sacó del partido a empellones a fuerza de contragolpes. Con el encuentro decidido mucho antes de que el árbitro pitase el final, los cambios del Chacho fueron intrascendentes. El Celta ya no llegó y el Madrid pudo incluso incrementar su amplia ventaja con un penalti lanzado por Hazard que Marchesín atajó con una doble gran intervención.

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