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Murillo, a la espera de regresar a Vigo

La Sampdoria prolonga las vacaciones del jugador hasta finales de agosto con la intención de resolver su salida a un Celta que juega con su paciencia

Murillo, durante un descanso en el gimnasio. // jeisonmurillo01

El fichaje quizás más deseado del verano se le resiste al Celta, que ha encontrado un duro negociador en la Sampdoria. Sin embargo, el equipo italiano mantiene abierta la puerta a la posible salida de Jeison Murillo, al que permitió que prolongase las vacaciones hasta finales de agosto mientras la primera plantilla del equipo genovés se prepara para arrancar estos días la pretemporada bajo la dirección del técnico Claudio Ranieri.

El pulso entre vigueses y genoveses puede prolongarse por muchos más días, mientras desde Italia se apuntaba que el Celta estaría dispuesto a acoger de nuevo a préstamos al jugador hasta finales de la temporada 2020-21 y comprometerse a adquirir después sus derechos federativos. La propuesta supondría un desembolso de un millón de euros ahora y once dentro de un año por el internacional colombiano, que continúa preparándose por su cuenta en un gimnasio, como refleja en las imágenes que ha difundido en los últimos días en las redes sociales.

Murillo tomó la determinación al finalizar la temporada pasada de continuar en Vigo, donde se convirtió en líder y en uno de los destacados del conjunto celeste desde su incorporación en el mercado de invierno. Es más, todo parece indicar que incluso dejó pactadas las condiciones económicas con el Celta, a la espera de que ambos clubes cerrasen el acuerdo. El futbolista nacido en 1992 en Cali incluso habría comentado su interés en regresar a Balaídos mediante un traspaso y no con otro contrato de cesión.

Pretensiones genovesas

En Génova no parecen dispuestos a seguir haciendo frente a una nómina de 1,4 millones de euros netos anuales por un jugador que no cuenta para Ranieri, quien no le ha citado para comenzar la pretemporada con el resto del equipo, que en las últimas horas se ha sometido a controles médicos por el coronavirus antes de comenzar a trabajar en su ciudad deportiva. Murillo, en cambio, continúa preparándose por su cuenta, pendiente de las negociaciones que mantienen la Sampdoria y el Celta. El equipo italiano que preside Massimo Ferrero insiste en reclamar 14 millones de euros por el jugador que llegó a Génova tras pasar por el Barcelona, Inter de Milán, Valencia, Granada y Las Palmas.

Desde Vigo, mientras tanto, se toman con paciencia una negociación que confían en llevar a buen término durante este verano, pues Murillo también es una pieza codiciada por el técnico Óscar García. El sabadellense mandaba un claro mensaje el miércoles al club vigués para que acelere las incorporaciones solicitadas: un portero, un central, un centrocampista y un delantero centro.

El mercado de fichajes, como se encargó de recordar días atrás el presidente céltico, Carlos Mouriño, se mueve con la lentitud que ha impuesto una pandemia que está acarreando una crisis económica.

A la espera de Dinamarca

De hecho, Pione Sisto no acaba de cerrar su marcha de Vigo, después de que el jueves diese un portazo al Copenhague en plena negociación, a pesar de que el club danés le había pagado un avión privado para recogerlo en Vigo y lo hospedase en el mejor hotel de la capital escandinava. Sisto rechazó un contrato de 4,2 millones de euros netos por cuatro años (incluía una prima de 806.180 euros) a última hora, cuando ya se daba por cerrada la operación. Entonces surgió la opción del Midtjylland, club en el que se formó el sursudanés, que le presentó una oferta económica similar. Los vínculos sentimentales parecían añadir argumentos para sellar con rapidez un acuerdo por el que el Celta estuvo esperando durante toda la jornada de ayer. En ambos casos, el equipo vigués recibiría 3 millones de euros por el traspaso de un jugador al que le resta un año en Vigo. Pero Pione Sisto va a otro ritmo.

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