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Al Celta se le atraganta el parón

La imponente actuación de Rubén Blanco no basta al Celta para puntuar frente a un afilado Villarreal en el retorno de LaLiga

Denis Suárez avanza con la pelota entre Anguissa y Morlanes durante el encuentro disputado ayer entre el Celta y el Villareal en Balaídos. // Ricardo Grobas

La imponente actuación de Rubén Blanco no bastó al Celta para puntuar en el retorno de LaLiga, que se complica para los de Óscar García tras ser claramente superado por un buen Villarreal en Balaídos. Una pérdida de Pione Sisto en el último suspiro del partido, cuando los de Óscar García acariciaban con la lengua fuera el empate, propició la debacle y frustró el tímido atisbo de reacción de los celestes en el segundo. tiempo. El parón no ha sentado nada bien al Celta, que despidió el torneo en marzo en su mejor forma del curso y ha regresado plomizo, sin ritmo y muy pobre de ideas.

Careció el conjunto vigués de la frescura de piernas y la claridad de cabeza que sí tuvo su adversario. El Villarreal acaparó la pelota, monopolizó el juego e hizo bailar al Celta al son que marcó Santi Cazorla. Durante casi una hora, mientras las fuerzas le aguantaron, el asturiano sacó las vergüenzas a los celestes, que pagaron su la extraña elección de piezas de Óscar y se pasaron todo el primer tiempo persiguiendo sombras.

La pasividad con que los célticos entraron en el partido contrastaron con la ambición del rival. Los de Javier Calleja encontraron con suma facilidad la espalda de los celestes, explotaron el recurso del juego por banda y se asociaron para arrinconar al Celta en torno a Rubén, que tuvo que multiplicarse para salvar los muebles.

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El cambio de esquema y la marcha de Cazorla igualaron algo las fuerzas tras el intermedio, aunque el Celta careció también de filo en el segundo tiempo mientras que el su rival, sin mostrar gran dominio aplastante, fue cambiando piezas hasta encontrar, con el tiempo casi cumplido, un resquicio para dictar sentencia.

un once inoperante

No es precisamente Óscar García un tipo predecible en lo que alineaciones se refiere. Desde su llegada en noviembre, el sabadellense ha desplegado 16 onces diferentes sin repetir una sola vez. La inclusión de Juan Hernández, un futbolista hasta la fecha absolutamente residual, careció de sentido. Tampoco ayudó la entrada de Pape, aunque el hispano-senegalés trató al menos (sin conseguirlo) de dar algo de vuelo al pacato medio campo celeste. La pobreza de ideas del Celta desconectaron a Rafinha y a Aspas del partido. El moañés apenas contactó con la pelota y el brasileño se equivocó bastante más que acertó, aunque al menos se las compuso para protagonizar la única ocasión medio decente (un disparo cruzado desde la frontal que pasó cerca del poste) en 90 minutos de partido.

otra gran tarde de rubén

Rubén Blanco ha demostrado esta temporada que está para quedarse por mucho tiempo. El joven portero mosense ha alcanzado esta temporada un grado de madurez verdaderamente notable que le han convertido en una pieza prácticamente insustituible en este momento. El canterano despidió LaLiga en marzo con récord personal de imbatibilidad y no ha perdido un gramo de forma. Ayer impidió al Villarreal adelantarse en el marcador con cuatro intervenciones de gran mérito y solo se vio superado en el último momento después de un fallo defensivo en cadena. Y el Villarreal necesitó de tres remates y un rebote para batirlo.

ÓSCAR RECTIFICA

El entrenador del Celta ha demostrado no ser un técnico de ideas fijas. Óscar detectó pronto su error de planteamiento y rectificó con dos cambios en el descanso que al menos permitieron a su equipo controlar los daños. Modificó el sabadellense el esquema fortaleciendo la defensa con Aidoo, que entró por Juan Hernández, y Okay (al que había reservado por molestias) suplió a Pape, dando mayor consistencia al difuso medio campo celeste.

La corrección alejó al Villarreal de la portería de Rubén y permitió al Celta igualar el partido. Con defensa de cinco, el equipo celeste frenó el juego de los amarillos por banda y llevó el partido a terreno neutro, pero no logró sin embargo hacerse con el dominio de la pelota ni fue capaz de inquietar mínimamente a Asenjo que vivió una tarde absolutamente plácida.

Durante un tiempo, el choque se jugó en zonas intrascendentes del campo, agitado apenas por la explosividad de Chukwueze, uno de los cambios con los que Quique Álvarez (sustituto ayer del sancionado Calleja) intentó dar profundidad a su equipo.

carrusel de cambios

El carrusel de cambios que los dos entrenadores realizaron en el segundo tiempo favoreció más al Villarreal que al Celta. Los dos entrenadores movieron el banquillo en busca del triunfo, pero mientras los amarillos encontraron el camino del gol, los celestes se perdieron en un mar de dudas e indefinición.

Denis y Smolov no mejoraron las cosas y Sisto, lejos de dar profundidad al Celta, se enredó con la pelota y regaló con dos pérdidas de balón casi consecutivas que acabaron costando la derrota al Celta. No ayudó en este tramo final la decisión de Óscar de sentar a Hugo Mallo y volver a defensa de cuatro. El Villarreal no perdonó el segundo error de Sisto y, a trompicones,dejó al Celta con un palmo de narices.

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