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El Celta mueve ficha por los cedidos

El club vigués inicia, caso por caso, las negociaciones para extender los contratos de los seis futbolistas que tiene a préstamo hasta el 30 de junio | Bradaric, Murillo y Smolov presentan las mayores dificultades

Smolov, Pape, Murillo y Rafinha, junto a Okay y Mina, durante un ejercicio en un entrenamiento del Celta en Balaídos . // Ricardo Grobas

El Celta abordará esta semana, caso por caso, las negociaciones para extender los contratos de los jugadores que concluyen su relación laboral con el club y puedan ponerse a las órdenes de Óscar García para completar, a lo largo del mes de julio, las 11 jornadas de Liga que restan por disputarse. El problema afecta a los seis futbolistas cedidos hasta el próximo 30 de junio (Rafinha, Pape, Olaza, Bradaric, Murillo y Smolov) y al portero canterano Sergio Álvarez y presenta no pocas dificultades, ya que obliga al equipo vigués a renegociar las condiciones de su continuidad con los propios futbolistas y sus clubes de origen.

El Celta afronta el proceso sin conocer la categoría en que va a militar las próxima campaña, lo que limita su margen de negociación. El club vigués necesita ajustar la duración de la prórroga a la actual temporada o condicionar la duración del acuerdo, si es por más tiempo, a la consecución de la permanencia en Primera División.

No todas las operaciones presentan la misma complejidad, aunque el club aborda las negociaciones con optimismo y la convicción de que el entrenador podrá echar mano de todos sus recursos futbolísticos para conseguir la continuidad del equipo celeste en la máxima categoría.

El principal problema, según reveló hace unos días el propio presidente celeste, Carlos Mouriño, es que alguno de estos futbolistas cedidos cobra del Celta bastante menos de lo que le paga su club de origen y su continuidad podría obligar al equipo celeste a realizar un esfuerzo económico adicional.

La situación menos problemática es la de Sergio Álvarez, un hombre de la casa que no va a poner ningún impedimento para ayudar al equipo, sin contar con que el Celta puede ejercer una cláusula para extender por un año más su contrato. Tampoco deberían encontrar dificultades los responsables célticos para garantizarse las continuidad de Rafinha. La buena relación con el Barcelona y el fuerte vínculo del hijo de Mazinho con el club debería allanar el terreno. Rafinha es uno de los grandes objetivos del equipo para el próximo curso, con lo que no se descarta la posibilidad de negociar un acuerdo de traspaso supeditando la compra del jugador a la consecución de la permanencia.

El caso de Olaza es peculiar. El Celta tiene una opción preferencial para adquirir al lateral uruguayo por 4 millones que expira en pocos días, pero sin saber la categoría que va a ocupar el próximo curso no quiere precipitarse. El club se propone renegociar con Boca las condiciones de la compra.

Tampoco la continuidad de Pape Cheikh, que quiere regresar al Celta, debería deparar sorpresas. El equipo celeste dispone de una opción para recomprar al jugador por 9 millones, aunque no va a decidir de momento si la ejerce. Por ahora, solo se cuenta con que termine en Vigo la actual temporada.

Los casos más problemáticos son los de los tres jugadores que llegaron cedidos en el último mercado invernal: Bradaric, Murillo y Smolov, cuya continuidad se considera prioritaria. La mejor baza negociadora con que cuenta el Celta es deseo de los futbolistas de completar la temporada; el mayor problema las exigencias que podrían poner sus clubes para extender sus contratos o las posibles exigencias salariales que estos pudieran poner para estirar su contrato.

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