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El Celta se impone una reacción

Los celestes necesitan despejar dudas tras su mal papel en Eibar

Los celestes, al inicio del entrenamiento celebrado ayer a pueta cerrada en Balaídos. // Ricardo Grobas

El Celta se impone una inmediata reacción. El equipo de Fran Escribá recibe al Athletic Club (Balaídos, 14.00 horas, Movistar LaLiga), un rival tradicionalmente problemático, en busca de un triunfo que se le resiste desde la segunda jornada y que el cuadro celeste necesita con apremio para levantar cabeza y despejar las dudas que ha sembrado la pobre imagen ofrecida en los dos últimos compromisos ligueros frente al Espanyol y el Eibar.

La exigencia del calendario pero sobre la preocupante falta de gol de un equipo al que se supone un gran talento ofensivo han lastrado la trayectoria del conjunto celeste, que encara el encuentro ante los leones al borde de los puestos de descenso. Privado de los goles de Iago Aspas, que sigue sin estrenarse después de siete encuentros, y con sus nuevas piezas de ataque en buena medida por ensamblar, el Celta se ha mostrado en este arranque de curso sumamente retraído, casi irreconocible, con el gol, hasta el punto de ser el conjunto de las principales ligas europeas que menos dispara contra el marco contrario.

Escribá admite que las prestaciones ofensivas del Celta han estado en estos últimos partidos claramente por debajo de su potencial, pero no se muestra preocupado por la irregular marcha del equipo y ha pedido a sus futbolistas valentía para buscar al rival en su campo y encontrar soluciones individuales en la finalización de las jugadas.

Con su labor bajo sospecha para un amplio sector de la afición, el técnico valenciano es consciente de que necesita irse al segundo parón de selecciones con un triunfo que tranquilice los ánimos frente a uno de los rivales que más quebraderos de cabeza le ha dado -una victoria en los últimos veinte enfrentamientos ligueros- al Celta en el presente siglo.

La plantilla parece haber recogido el guante. Los jugadores han cerrado filas en torno al técnico y apelado a la unidad del grupo para salir del bache derrotando a un adversario que, pese a su última derrota en San Mamés ante el Valencia, ha iniciado el campeonato a un gran nivel.

Tras el mal papel firmado en Ipurua, el entrenador del Celta hará esta tarde algunos retoques en el once. Serán apenas ligeras variaciones sobre el equipo que se enfrentó al Eibar y que previsiblemente afectarán el medio campo. Aunque no puede descartarse un cambio de dibujo, con Rafinha jugando por dentro y Santi Mina como extremo derecho, como ocurrió en el Wanda Metropolitano, lo más probable es que Escribá se mantenga fiel al 4-4-2, su dibujo de cabecera, con el brasileño arrimado al costado derecho del ataque y el vigués acompañando a Iago Aspas en punta.

No habrá sorpresas en la portería, donde Rubén Blanco, el mejor de los celestes en este arranque de curso, es ahora indiscutible.

Tampoco se esperan novedades en defensa, una línea que también está funcionando a buen nivel y en la que Escribá ha elegido ya a su cuarteto inicial: Mallo, en la derecha; Joseph Aidoo y Néstor Araújo en el eje de la línea; y Lucas Olaza en el flanco izquierdo.

Más dudas existen en el medio campo, donde casi todas las opciones son posibles. La novedad podría ser Fran Beltrán, acaso por el turco Okay Yokuslu, todavía falto de ritmo competitivo por la lesión que le privó de realizar la pretemporada y lo mantuvo tres meses y medio alejado de los terrenos de juego. Lobotka, pese a su discreto nivel de juego, se mantendría en el once en perjuicio de Pape, que presumiblemente aguardará una nueva oportunidad desde el banquillo.

Por lo que respecta al frente de ataque, Rafinha se disputa, sobre el papel, con Brais Méndez un puesto en la banda derecha del ataque céltico, mientras que Denis Suárez es una apuesta segura en el flanco izquierdo.

Por delante, en punta de ataque, Aspas y Mina parecen las opciones más fiables, sin descartar la posibilidad de que el Toro Fernández pudiese relevar al delantero vigués como acompañante del artillero de Moaña.

Fran Escribá ha convocado a 19 futbolistas para el choque, incluidos sus tres porteros, con lo que hoy tendrá que realizar un descarte, seguramente uno de sus dos guardametas suplentes, Sergio Álvarez o (con mayor probabilidad) Iván Villar. La lista la completan Kevin Vázquez y el defensa central Jorge Sáenz. El preparador celeste ha prescindido de David Costas, David Juncà y Pione Sisto por decisión técnica y ha descartado también a Claudio Beauvue por imperativo institucional. La única baja en las filas celestes es el lesionado Juan Hernández.

El Athletic Club, mientras, se presenta en Balaídos en un sólido momento de forma, a pesar de perder la pasada semana la condición de invicto a manos del Valencia (0-1). El conjunto de Gaizka Garitano se ha mostrado sumamente fiable en defensa -apenas ha recibido tres goles en siete partidos- y presenta también un aceptable balance ofensivo, una faceta en la que Raúl García (tradicionalmente un dolor de cabeza para el Celta) ha brillado con luz propia. Garitano se propone prolongar el romance del Athletic con Balaídos (seis victorias y tres empates en las últimas diez visitas) y mejorar los empates rebañados a domicilio (donde permanece invicto) ante el Getafe, el Mallorca y el Leganés. El preparador vizcaíno dispone de todos sus efectivos, salvo el lateral zurdo Yuri Berchiche, lesionado en un hombro. Balenziaga se perfila como su sustituto en Balaídos, sin descartar otras opciones como De Marcos, ya restablecido de su lesión o Íñigo Lekue.

La otra duda se refiere a la posición de Iker Muniain, a quien Garitano podría situar en banda izquierda con De Marcos, Ibai o Larrazabal en el costado derecho, o en el flanco derecho con Córdoba o el propio Ibai arrimados al flanco izquierdo. Dani García y Unai López actuarán en la sala de máquinas e Iñaki Williams ocupará la punta de ataque con Raúl García en la posición de enganche.

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