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Un punto de brío

El Celta rebaña, con su once soñado, un meritorio empate en el Wanda en un esforzado ejercicio de disciplina colectiva

Diego Costa cabecea un balón ante entre Rafinha, Mallo, Mina y Okay. // Juan Medina

El Celta ha concluido el ascenso de su particular Tourmalet liguero con un estimable empate en el Wanda Metropolitano, un campo tradicionalmente esquivo, en el que los de Fran Escribá firmaron un riguroso ejercicio de orden táctico y buen trato al balón. Faltó apenas algo de profundidad y complicidad en los metros finales para llevarse un triunfo inédito en un duelo de altos vuelos que el Atlético pudo también ganar de no haberse topado con un inmenso Rubén.

Desde el primer momento, los celestes tomaron la temperatura al choque. Se sacudieron con la pelota la enérgica presión a la que les sometió el contrario y sobrevivieron con rigor y esfuerzo colectivo al incesante bombardeo con el que los de Simeone castigaron su portería en las acciones de estrategia, su arma más temible. Las mejores opciones las tuvieron, de facto, los colchoneros a balón parado y en disparos de larga distancia, que Rubén desbarató con tres imponentes intervenciones. Al Celta le costó más que a su rival generar peligro, aunque tuvo en sus botas los tres puntos en dos brillantes acciones truncadas por Jan Oblak.

El valioso punto tan esforzadamente rebañado ayer en el Wanda pone un prometedor colofón a un inicio de calendario frenético y refuerza al grupo de Escribá, ya con todas sus piezas sobre el tablero, de cara al doble compromiso de la semana entrante contra el Espanyol y el Eibar, que afronta en disposición de pegar un estirón en la tabla.

once de ensueño

Nada se dejó Fran Escribá en el armero. El técnico celeste desplegó sobre el césped del Wanda Metropolitano el once de ensueño con el que la afición lleva tanto tiempo soñando y que las lesiones le habían impedido alinear hasta la fecha. El preparador valenciano introdujo sin embargo un inesperado cambio de dibujo: un 4-1-4-1 con Okay de ancla; Rafinha y Lobotka por delante del turco, Santi Mina y Denis en banda y Iago Aspas como único delantero centro.Y no le fue nada mal: convenció Okay, un tipo que aporta seguridad y da sentido a la salida de pelota; gustó Lobotka, que comienza parecerse al futbolista que asombró en su primera temporada; y brilló Rafinha, que completó, pese a su reciente lesión, un prometedor encuentro en su reestreno.

No desentonaron del buen desempeño general Santi Mina, que batalló de forma incansable y puso a Brais un balón sublime que Oblak anuló, y Denis Suárez, que se vació sobre el campo aunque no dejó más que algún destello intermitente de su inmensa calidad.

defensa de piedra blindada

Por segunda ocasión en cinco partidos, los celestes dejan su portería a cero, esta vez tras un solidario ejercicio de disciplina coral en la que Araújo y Aidoo brillaron con luz propia. Pero el mérito fue colectivo y el trabajo para desactivar a los de Simeone, que llegaron a lanzar hasta doce córners contra el portal de Rubén Blanco, titánico.

esperando a iago

Acaso porque su indiscutible protagonismo en el Celta está algo más diluido este curso con la calidad incorporada en la Operación Retorno y contando con que no suele ser un gatillero de arranque rápido, el Celta espera los goles de Iago Aspas como agua de mayo. El genio de Moaña continúa encerrado en la lámpara y el equipo necesita que aparezca y desate toda su magia.

buena gestión de cambios

Escribá gestionó con buen criterio los cambios. Administró con eficacia el cansancio de los futbolistas menos rodados para dar aire al equipo en el momento preciso y acertó con las piezas, ya que tanto Pape, como sobre todo Brais (que protagonizó el remate más peligroso de la tarde y dio a Sisto un balón de gol) estuvieron a la altura de las circunstancias.

seguro llamado rubén

El punto tan trabajadamente apañado en el Metropolitano tiene mucho que ver con el espléndido estado de forma de Rubén Blanco, un seguro de vida para el Celta, que confirmó su dulce momento de forma con tres paradones de los que salvan puntos.

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