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Defensa antiaérea

La alineación no supera el 1,80 de altura media ä Concentración, contención de riesgos y valentía del portero, la fórmula de Escribá

Beltrán, rodeado por Garay, Wass y Maxi. // José Lores

"Si soy más bajo, saltaré más alto". Así replicó Sergio Álvarez a Covelo, entonces su entrenador de porteros, cuando este lo quiso motivar revelándole los comentarios que se hacían sobre su físico. La frase condensa la personalidad del catoirense y dibuja a la vez una fórmula para sobrevivir a la escasa envergadura. La condición afecta al colectivo. El Celta es, a nivel general, un equipo de escasa talla. La actual alineación, sin Okay (1,91) ni Jorge Sáenz (1.90), los techos de la plantilla, no alcanza el 1,80 de estatura media. Sus dos mediocentros, Beltrán y Lobotka, se copian por ejemplo en el 1,72. Escribá trabaja en el remedio: ser más intensos en la marca, incrementar el rango de acción de sus porteros, limitar las córners y faltas próximas al área que se le facilitan al adversario... y saltar más alto o al menos saltar mejor, añadiría Sergio.

"Es cierto que a nivel físico no somos de los equipos más grandes de la liga", admite Escribá. Ya sucedía la pasada temporada y esa característica apuntala el rol de Okay. No es solo cuestión de centímetros -Fabián Ayala maravillaba por arriba con su 1,77 e Iván Córdoba, con su 1,73-. El turco posee además salto, tempo, valentía, vigor y agresividad. Por eso se suponía que Escribá había pedido un centrocampista más similar a Okay que Pape Cheikh; por eso probó a Jorge Sáenz como pivote ante el Unión de Berlín, si bien la idea no ha cuajado.

Okay evoluciona de su lesión de rodilla. El cuerpo médico confía en que pueda empezar a competir tras el parón liguero. No caben dudas sobre su titularidad a corto o medio plazo si rinde a su nivel. Seguirá siendo un jugador sin reemplazo literal y tampoco puede paliar por si solo la bajura de otros compañeros. Escribá debe articular soluciones colectivas.

Lo inmediato es lo recién jugado y lo que está por jugar. La alineación inicial ante el Valencia, que presumiblemente se repetirá ante el Sevilla, estaba formada por Blanco (1,88), Kevin (1,75), Aidoo (1,84), Araújo (1,88), Olaza (1,76), Brais (1,84), Lobotka (1,72), Beltrán (1,72), Denis Suárez (1,76), Aspas (1,76) y Toro Fernández (1,86). Según estas tallas, con datos de www.transfermarkt.es, ese once inicial tenía una estatura media de 1,79 metros. La del Valencia alcanzaba el 1,82. Pese a la diferencia, el Celta solo concedió algunos remates forzados de cabeza. Escribá emplea al más bajo, Beltrán, como ejemplo: "Lógicamente no tenemos un equipo grande, sobre todo con la ausencia de ciertos jugadores. Pero estamos en general con mucha concentración. Fran es uno de los que está haciendo marcas. Pero Fran es un ejemplo de concentración y por eso se pone a marcar". Habla del sistema de defensa individual que emplea en la defensa de las acciones a balón parado, quién protege al hombre y quién en zona, atento a rechaces y ángulos muertos, en una disposición mixta. "Normalmente estamos marcando con los cuatro de detrás y alguien más. Fran está marcando muy bien. Kevin tampoco es grande, pero es gente intensa. No son jugadores grandes pero lo suplen con intensidad".

La mejor manera de neutralizar el riesgo es evitarlo, concreta Escribá: "Luego es importante no hacer faltas innecesarias. Tenemos un equipo agresivo pero son inteligentes para no hacer faltas innecesarias en zonas de riesgo y conceder, eso sí que es complicado, el menor número posible de córners". Al Valencia se le proporcionaron cuatro saques de esquina. El técnico celeste supone que habrás más ante el Sevilla, que en Granada alineó un equipo de 1.81 de altura: "En un partido como el de mañana lo lógico es que tengas que defender bastantes córners y bastantes faltas peligrosas. Ellos saben que la concentración es importante". Y el cuerpo técnico añade un tercer elemento a su plan. Ni Sergio ni Rubén Blanco han destacado por un amplio control del área. Ahora a los dos y a Villar se les está promoviendo que exploren territorios más alejados. Escribá celebra "el paso adelante que han dado los porteros. Es algo en lo que insistí y lo están haciendo muy bien", evalúa. "Son cada vez más intervencionistas. No son porteros que se quedan debajo de la portería. Es una ventaja".

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