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Larga zancada hacia la permanencia

Un gran Celta, con Boufal y Okay desatados,se allana el camino de la salvación con un solvente triunfo frente al Girona

Sofiane Boufal celebra su gol con un grupo de aficionados celestes durante el choque disputado ayer en Balaídos entre el Celta y el Girona. // Alba Villar

El Celta ha dado una zancada de siete leguas hacia la salvación con un triunfo incontestable frente al Girona que despeja el camino de accidentes y reafirma la reacción del grupo de e Fran Escribá bajo el liderazgo de Iago Aspas, que celebra del mejor modo posible, con gol y un triunfo imprescindible, su renovación como celeste hasta 2023.

Sin hacer un encuentro excelso, como acostumbra, el astro moañés apareció en el momento y el lugar oportuno para abrir el marcador empujando contra la red un perfecto servicio de Sofiane Boufal, el hombre del partido, que hizo justicia al descomunal primer tiempo firmado por el cuadro celeste.

La mejor noticia del partido no fue tanto que Aspas volviese a marcar (algo que hace mucho tiempo que ha dejado de ser novedad) como el paso al frente colectivo que dio al Celta dio el control absoluto del choque. Los celestes monopolizaron la pelota, la movieron con sentido para madurar la jugada y explotaron con inteligencia el juego por los costados para generar un aluvión de ocasiones que debió dejar el partido visto para sentencia antes del intermedio.

apenas un pero

El único pero que se puede le puede al equipo de Escribá (si es que se le puede poner alguno) es tal vez la falta de claridad en la definición que le impidió liquidar el encuentro antes de que el Girona encontrase el empate tras el intervalo en su único remate entre los tres palos. Un único instante de desorden después de que Okay fuese atendido de un golpe le costó muy caro. El gol de Portu (y la tardanza del VAR en verificar su legalidad) propiciaron algunos minutos de desconcierto que permitieron crecer al Girona y el cambio de dibujo introducido por Eusebio tras el descanso dificultó algo las cosas a los celestes, que ya no tuvieron la insultante superioridad del primer tiempo en el medio campo, pero que se las ingeniaron para desequilibrar el choque con un maravilloso gol de Boufal.

Boudebouz y Jozabed (que suplió al argelino en los minutos finales) perdonaron la sentencia y permitieron rehacerse al Girona, que apretó en busca del empate en un arreón final en el que Stuani estrelló en el descuento contra Cabral un disparo que llevaba veneno.

escribá da con la tecla

Ya con Aspas en la ecuación, el preparador valenciano parece haber dado por fin con la tecla. Rubén se ha consolidado bajo el travesaño, Cabral y Araújo han dado consistencia a la defensa; la lesión de David Juncà ha destapado a un excelente Lucas Olaza; Lobotka y Okay imponen su jerarquía en el medio del terreno; Boufal vive su momento más dulce y Boudebouz se ha convertido en una alternativa de calidad para cubrir la ausencia de Brais.

El equipo ha ganado en orden pero también en fluidez de pelota y sentido colectivo. La confianza que ha supuesto el regreso de Iago ha rescatado al equipo de la depresión en que se encontraba sumido y ha permitido al resto desatarse para mejorar sus prestaciones individuales y colectivas

boufal se destapa

El franco-marroquí ha destapado su mejor fútbol cuando el equipo más lo necesita. El choque frente al Girona era seguramente el más importante de los que restan y Boufal ha puesto por fin todo su talento (que es mucho) al servicio del equipo. Ni un artificio de más puso en escena el parisino, que se convirtió en una constante fuente de problemas para la defensa albirroja, hasta el punto de que Eusebio se vio obligado a sacar tras el descanso a un tercer defensa central para intentar contenerlo. Y no pudo impedir que decidiese el encuentro.

La mayor parte del mérito del primer gol hay que adjudicárselo a él. Aspas estaba donde tenía que estar para empujarla al fondo de las mallas, pero es el parisino el que cocina la jugada con un gusto exquisito, sin un solo toque de más, desarbolando a Pedro Porro para ganar la línea de fondo y poner un perfecto centro a la frontal del área chica para que Aspas remache.

El segundo gol es puro arte, una pequeña obra maestra digna de figurar en la más exigente antología de cómo golpear al balón, que coge una rosca perfecta para alejarse del portero y entra por la esquina pegando en la cara interior del palo. La simplicidad y eficacia el recorte con que Boufal se prepara el disparo tras recibir el balón de Aspas desde la banda contraria se sencillamente sublime.

la jerarquía de okay

Si el partido de Boufal fue excelso, la actuación de Okay bien merece calificarse de portentosa. Sin deslucir el más que aceptable trabajo de Lobotka, que se complementó muy bien con él, el mediocentro turco fue rey del medio campo armando y dando sentido a la jugada, robando cuanto balón se le acercaba y protegiendo la pelota de forma impecable. Solo cuando se lastimó y tuvo que ser atendido en el suelo se desordenó en Celta, originando el despiste defensivo que propició el gol de Portu.

Mención aparte merece el buen encuentro de Boudebouz, a quien Bono privó del gol con una gran estirada, y sobre todo Olaza, todo un descubrimiento por su rigor y eficacia, un chico que muestra personalidad y compromiso, se agrega al ataque con sentido y dispone de una zurda muy aprovechable.

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