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La sombra de Aspas es demasiado alargada

El Celta vuelve a acusar la dependencia de su estrella y se desploma ante el Athletic con un fallido planteamiento de Cardoso

Pione presiona a Beñat en un momento del partido de ayer. // Marta G.Brea

La sombra de Aspas es alargada Tanto que el Celta se descompone sin el moañés sobre el verde. En una noche muy poco afortunada, el equipo de Cardoso fue víctima de un Athletic en apuros, que le superó de forma claran en todas las facetas del juego y encontró un filón en el equivocado planteamiento del preparador luso, que fracasó en su idea de suplir al moañés situando a Fran Beltrán como improvisado media punta.

La derrota confirma los graves problemas que este equipo tiene para competir sin su estrella y frena de lleno las aspiraciones de progresar en la tabla de los celestes que, lejos de acercarse a Europa, acumulan ya dos encuentros sin sumar y pueden meterse en un buen lío si vuelven a perder este viernes en la cancha del Rayo Vallecano.

tres mediocentros

De entre las múltiples opciones que dijo manejar, Miguel Cardoso optó,como se sospechaba, por desplegar un once con tres mediocentro para solventar la primera ausencia de Iago Aspas esta temporada. El técnico luso sorprendió sin embargo dejando fuera del once a Jozabed Sánchez, para poner a Beltrán como mediapunta. El eslovaco regresó a la titularidad formando doble pivote con Okay, con el madrileño más adelantado, en una disposición táctica similar a la del Camp Nou cuando el mago moañés cayó lesionado, con el turco y Lobotka. No hubo más sorpresas: Cabral cubrió la baja de Costas, Juncá regresó al lateral izquierdo y Boufal, Brais Méndez y Maxi Gómez integraron el frente ofensivo.

beltrán, desubicado

La elección de Beltrán en el vértice avanzado del medio campo resultó un rotundo fracaso. Aunque voluntarioso, al chico se le vio sumamente incómodo, casi perdido, en una posición poco amable que Brais Méndez (incluso Jozabed) habrían desempeñado mejor.

El madrileño conectó poco con la pelota,no tuvo opciones de asociarse ni de filtrar pases y quedó en evidencia cuando casi por inercia intentó buscar el remate frente los mastodontes rojiblancos. Tampoco funcionó en la presión en la salida de balón para robar la pelota cerca del área rival.. La equivocación de Cardoso se hizo más evidente tras el gol de Muniaín, que empujó en boca de gol una contra maravillosamente armada por Iñaki Williams. El Athletic tuvo menos la pelota, pero llegó más y la hizo circular mejor, explotando con inteligencia el juego por banda. Sin filo ni ideas, los celestes fiaron todas sus bazas a balón parado. Solo una acción de estrategia podía arreglar el desaguisado. La encontró cuando nadie la esperaba en el descuento del primer tiempo.

un gol providencial

Y fue precisamente Beltrán el autor del empate.Llegando inesperadamente desde atrás, el madrileño embocó sin oposición en el segundo palo un saque de esquina prolongado por Maxi en una jugada con pinta de ensayada. El propio Maxi había disfrutado al inicio del periodo de la mejor (y única) ocasión del Celta en un saque de falta que él mismo había forzado y que estrelló contra la madera después de que Herrerín tocase la pelota con la punta de los dedos. Claro que un minuto antes, Rubén salvó al Celta con una parada prodigiosa a un remate a bocajarro de Unai Núñez.

el martillo de williams

A falta de Aduriz, anoche en el banquillo, el Celta encontró su particular bestia negra en Iñaki Williams, que desarborló practicamente él solo al conjunto vigués. Todas las accciones de peligro del Athletic pasaron por sus botas. Regaló el primer gol a Muniain tras robar la pelota en medio campo, progresar a toda velocidad por el carril dereho y quebrar la cintura de Cabral y anotó el segundo cuando las cosas peor pintaban para los leones, aprovechando un error catastrófico de la defensa para galopar en solitario en el área, plantarse ante Rubén y batir al portero céltico con un tiro raso imposible de atrapar.

cardoso mueve el banco

El segundo gol del Athletic convenció definitivamente a Cardoso de la necesidad de mover ficha. Sisto, que entró por Lobotka, fue la primera elección del preparador luso -Garitano respondión cambiando a Aduriz por Willams- desplazando a Boufal a la posición de segundo delantero. No estuvo sin embargo mucha continuidad el marroquí en esta demarcación. No mucho después Cardoso lo cambió por Eckert, el delantero del filial, que no aportó más que buena voluntad. Hjulsager (por el abnegado Beltrán) fue su última baza. Todo en vano.

En esta última fase del partido, el Celta trató al menos de jugar la pelota con algo más de intención, pero igualmente sin pronfunidad, ideas ni buenas decisiones. Juncà, con todo, se las apañó para poner un gran balón de zurda que Eckert dilapidó en boca de gol. Salvo por esta acción aisalda (casi la única llegada en jugada contra el portal rival en todo el partido), el Athletic vivió un final casi confortable, sin demasiados apuros, e incluso tuvo la oportunidad de golpear de nuevo al Celta a la contra pero decidió mal cómo finalizar la jugada. Maxi, con todo, tuvo el empate en el último segundo, pero remató fuera por un par de centímetros.

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