Faro de Vigo

Faro de Vigo

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Maxi aceptó hace 10 días su marcha a China

- El delantero, que comunicó su sí al equipo de Beijing, espera ahora que se selle la operación con su nuevo club - El Celta, cauto hasta que se firmen todos los documentos, lo vende por 20 millones más 5 por dos amistosos

Maxi Gómez presiona a Piqué durante el reciente enfrentamiento liguero entre el Celta y el Barcelona en el Camp Nou. // Alejandro García

Maxi Gómez dio su aprobación hace diez días a su traspaso al Beijing Guoan. El delantero aceptó, finalmente, mudarse a la Superliga china cuando se abra la ventana de transferencias de enero, pese a encontrarse especialmente a gusto en el Celta, satisfecho con la etapa que acaba de comenzar en la Liga española y, concretamente, en Vigo, según reconoció a sus allegados. Así se lo ha comunicado a dirigentes, representantes y abogados a finales del pasado mes. La directiva del Celta no dará por cerrado el negocio hasta que todos los documentos estén firmados con el club, que es lo que falta, y es complicado precisar fechas en un proceso que involucra a unos negociadores chinos con fama de complejos, muy particulares en sus tiempos. Si todo se resuelve según lo previsto, en Praza de España han decidido acudir al mercado de invierno en busca de refuerzos. El hueco que deje Maxi Gómez será ocupado. El Celta, que ha cerrado el ejercicio económico de 2017 con un superavit histórico de 23 millones de euros, podrá manejar una nueva remesa de dinero. El acuerdo con el Beijing Guoan se cierra en 20 millones de euros fijos y otros 5 a cambio de la disputa de dos amistosos.

Maxi Gómez va camino de convertirse en el mejor negocio de la historia del Celta, tanto por la cuantía del desembolso (superará los 18 millones que el Manchester City pagó por Nolito, aunque al Sporting Defensor uruguayo le corresponderá el 20% de los beneficios) como por la rapidez con que se ha disparado su cotización. Maxi acorta incluso los plazos de Mario Héctor Turdó, el delantero argentino comprado a Independiente en verano de 1999 por 3,5 millones y vendido al verano siguiente al Rennes galo por 12. En este caso, el 80 por ciento del pase del ariete charrúa costó 4,5 millones.

A diferencia de Turdó, Maxi Gómez ya ha mostrado evidencias sólidas de su capacidad ofensiva, con esa pausa que tienen los grandes matadores y que demostró, por ejemplo, en la acción del 2-2 en el Camp Nou. Turdó, entonces de 20 años, concluyó la temporada 1999-2000 con siete tantos en la Liga. Delantero también nato pero de perfil inverso al de Maxi, rápido en el desmarque y precipitado en el remate, se fue cuando apenas había insinuado sus condiciones. Maxi, de 21 años, ya ha superado su cifra anotadora liguera (acumula ocho). El joven uruguayo, destinado en el diseño inicial de Unzué a escalar desde la suplencia, se aferró desde el primer instante a la oportunidad que le concedió la lesión de Guidetti en el último amistoso veraniego contra la Roma. Su eficacia compensó en principio la dificultad de su encaje en el estilo celeste. Y en los últimos partidos Unzué ha sabido además modificar su sistema para que Iago Aspas y él cohabiten de forma más armónica.

Con todo, persiste la sensación de que a Maxi Gómez le falta el toque asociativo que el Celta requiere. Aunque el argumento decisivo en su venta es el dinero que ofrece el Beijing Guoan: al principio, 16 millones fijos más 4 en incentivos; en el acuerdo definitivo, 20 millones fijos más 5 por dos amistosos.

Maxi Gómez, por su parte, decuplica su ficha, que en el Celta es de 400.000 euros. Esos cuatro millones de euros parecen haber pesado demasiado en la balanza. Maxi ha dudado porque se sentía entusiasmado con su rápida adaptación al futbol europeo y porque se juega la llamada de Tabarez para acudir con la selección uruguaya a la Copa del Mundo de Rusia. Desde la Superliga china, que está parada y cuya temporada 2018 comienza en marzo, le resultará más complicado conservar la plaza que había logrado en las últimas convocatorias. Pero no es imposible, toda vez que el intercambio entre Europa y China es cada vez más fluido y bidireccional, y ya no afecta solo a jugadores en decadencia, sino a piezas cotizadas en su madurez y jóvenes prometedores.

Aunque el mercado en China no se clausurará hasta el 28 de febrero, el Celta espera solventar todos los detalles a la mayor brevedad. Así concluirá la incertidumbre sobre un chico que Unzué mantiene en su alineación titular. Y permitirá a los célticos determinar su propia posición de cara a la apertura de la ventana de fichajes el próximo 1 de enero. La intención a día de hoy es contratar un atacante que reemplace a Maxi, sin descartar otros movimientos en la plantilla, aunque primero deberá sellarse entre clubes la operación del ariete uruguayo y el equipo chino.

Compartir el artículo

stats