Diario de una veterinaria, día 24, y sin mascarillas...

Soy copropietaria de la Clinica Veterinaria Menciña, en Vigo. Una más de las pymes que luchan cada día por salir adelante. Me han llegado a decir que tengo suerte. Suerte, supongo que sí, yo tengo la posibilidad de abrir mi negocio y con esfuerzo espero no tener que echar el cierre, pero no todo es el dinero ni es oro todo lo que reluce.

Todo mi equipo se expone a este virus sin que nos hayan proporcionado medidas de protección. No tenemos mascarillas FPP2, ni las hay ni se las espera. Gracias a la donación privada de una empresa viguesa (Cotpa Ingenieria) tenemos 2 pantallas, nos ponemos guantes (muchas veces reutilizados). Mientras duren también nos protegemos con batas quirúrgicas, que no nos protegen demasiado pero dan cierta sensacion de protección que se agradece en estos tiempos.

Después de hacer llamadas a ministerios, Concello y a representantes del gremio veterinario ya me he dado por vencida, nadie nos va a proporcionar mascarillas, no las hay, aunque la OMS avisó no tuvimos la previsión de comprarlas y ahora van a cuentagotas. Solo me gustaría expresar ante ustedes, que una vez cubiertas las necesidades de aquellos que están en primera fila en contacto con enfermos, deberíamos estar aquellos que trabajamos cara el público: farmacéuticos, veterinarios, cajeras...

Ya no me atrevo a decir que la población general las necesita, pero como ya lo he dicho, lo reitero, las necesita.

Esto es algo tan obvio como que al no tener suficientes test todos debemos proteger al resto de la población de nuestros virus y si no tenemos mascarillas estamos arriesgándonos a contagiar cada vez que salimos de casa.