El pasado 20 de julio mi esposa Irene fallecía tras casi cuatro años de dura lucha contra el cáncer. Su valentía, su sonrisa frente a la adversidad y sus ganas de vivir son modelos impagables que nos ha dejado a mímismo y a nuestros dos hijos.

Escribo esta carta en agradecimiento al personal del HAC que nos atendió durante ese tiempo porque ella así quiso que lo hiciese.

En primer lugar mi más profundo agradecimiento al Dr. Carlos López Ramón y Cajal y a la Dra. Gloria Cordeiro por su implicación directa en el proceso. Por supuesto gracias también a todo el personal del Servicio de Obstetricia y Ginecología que nos atendió en muchas ocasiones.

No tengo palabras para agradecer lo suficiente la profesionalidad y el calor humano de nuestra oncóloga, la Dra. Isaura Fernández, el pilar de apoyo de Irene siempre que la necesitó. Hago extensible este reconocimiento a todos los médicos y personal de Oncología que la trataron en uno u otro momento tanto en consultas como en planta.

De igual manera mi agradecimiento a los doctores y personal del Servicio de Neumología, enormemente competentes y amables en todas las ocasiones.

Este mismo reconocimiento también quiero hacerlo llegar al personal de HADO por el cariño y cuidados que ofrecieron a mi mujer.

No quiero olvidarme tampoco del personal de Hospital de Día, excelentes profesionales y mejores personas.

Cuando criticamos con frecuencia la sanidad pública estamos siendo muy injustos con el privilegio del que gozamos en España al disponer de profesionales tan capacitados.

Por último, a nivel personal nuestro agradecimiento infinito a la Dra. Raquel Ocampo; ella ya sabe las razones.

Muchas gracias de nuevo a todos.