Recogiendo lápices de colores, atreviéndome por fin a enfrentarme a ese misterioso desastre en el que se juega mi futuro en unas horas. Pesadillas diarias, intranquilidad normalizada y noticias de burla ante la situación eventual de mi querido trabajo. El respeto no tangible de oposiciones misteriosas.

Ni la familia ni el ocio han sabido superar las horas de dedicación, esfuerzo y preocupación por conseguir mi puesto y realizar bien mi labor. Días de ruta por el mundo Sergas, horas de sufrimiento e incluso miedo. Pacientes agradecidos agarrándome la mano hasta dejar de respirar, otros enfurecidos tirándonos mesillas rotas por sus manos agitadas. Todas y cada una de las enseñanzas de la vida Sergas. Mi segunda familia, mis navidades compartidas. Preocupación, formación, lucha... Como "La Liberté" izando la bandera de cuidar en vez de libertad. Reflexiones insaciables, momentos de tensión, todas y cada una de las cosas que nos suceden en esta profesión.

Gracias a vosotros por los momentos que agradecéis de mis cuidados, de mi compañía. Gracias Dr. Meaños por ese "las enfermeras estáis hechas de otra materia", gracias sociedad por empezar a entendernos. Gracias Dr. Meréns por ese "gracias a vosotras". Desde el candil a las luces led, gracias.