La tasa de paro durante el año 2018 ha descendido hasta el 14,45%, la más baja desde 2008 y una creación en 2018 de 566.200 empleos. Son unos buenos datos que el actual Gobierno ha celebrado, como no podía ser de otra manera, mérito que debería compartir con el anterior Ejecutivo. Contrasta, sin embargo, con su idea de derogar la reforma laboral, que ha sido una herramienta clave en el despunte del empleo. Cuando fue aprobada en febrero de 2012, la tasa de desempleo era del 24%, diez puntos más que ahora.