Lo que Artur Mas, Puigdemont y Torra no son capaces de conseguir, lo consiguieron los silenciosos arousanos de Vilagarcía. Aquí nunca se utilizaron los famosos "Lazos amarillos" ni tampoco hubo urnas, ni cortes de autopistas, lo único que prevalece es el sentidiño común.

Esos políticos catalanes, dicen querer más libertad, una nueva constitución, ser independientes para separarse de España y proclamar su república catalana.

En Vilagarcía con el paso del tiempo, se han conseguido todos esos deseos que alientan los políticos catalanes. En esta ciudad tenemos el Monumento a la Libertad, la Plaza de la Constitución, la Plaza de la Independencia, también la Plaza de la República y en Carril la Plaza de la Libertad.

Aquí todos viven como gallegos y españoles, hoy se tiran de los pelos y mañana hacen las paces.

Hace unas semanas, en la Plaza de la República se celebró la "VII Feria das Tapas" donde nacionalistas, republicanos, comunistas, socialistas, populares, ateos, cristianos, protestantes, homosexuales y otras variantes del sexo, degustaban y compartían en las mismas mesas, las deliciosas raciones.

En Vilagarcía, parece ser que el vino y las tapas hermanan y este es el gran secreto de la ciudad.

Aquí los únicos que se manifiestan son los jubilados por su sede social y sus pensiones.

El Gobierno catalán debiera de aprender de Vilagarcía y no estaría mal invitar a esos políticos, para la "Festa das Tapas" del próximo año, en la Plaza de la República.