Acusa Jesús a los fariseos en el Evangelio de "colar un mosquito y tragarse un camello". En nuestra sociedad está pasando algo parecido; la corrupción está llegando a todos los niveles, pero tampoco hay que ser más papista que el Papa. No nos olvidemos de que todos somos iguales: políticos, periodistas, ciudadanos de a pie, catedráticos, empresarios y hasta delincuentes; todos tenemos defectos y virtudes (algunos más que otros). Por eso, a la hora de exigir a los demás, debemos ser conscientes de esto.

No digo que copiar una tesis doctoral esté bien, o que sacarse un máster por la cara esté bien, o que "mangar" una crema de un supermercado esté bien. Simplemente digo que nadie está libre de haber hecho alguna pequeña "trampa" a lo largo de su vida. ¿Quién no ha intentado copiar en algún examen? ¿Quién no se ha llevado algún paraguas del paragüero del colegio cuando llovía? ¿Quién no ha dado o recibido alguna clase particular y no ha pasado por hacienda ese dinero? ¿Quién no ha cuidado niños cuando era adolescente y no ha declarado las dos mil pesetas que le dieron? ¿Quién no ha llamado a algún limpiacristales y le ha pagado en "negro"? ¿Quién no le ha dado una limosna a un pobre o ha dejado una propina a un camarero y no ha declarado ese dinero?

¿Quién no ha comprado alguna rifa o alguna tarta a unos niños que querían sacar dinero para ir de excursión y ese dinero tampoco se declaró? ¿Quién no se ha apuntado a un curso de protección de datos, de comercio exterior o de lo que sea, ha pagado sin ir a las clases y le han dado el título?

¿Quién no ha puesto en su currículum "nivel de inglés medio" sabiendo poco más que "yes" y/o "bye bye"? Reto a quien sea, a que me señale a un solo ciudadano (mayor de 10 años) que no haya hecho algo de esto.

Está claro que hay que ser honrados y justos, pero lo que no se puede es controlar absolutamente todos y cada uno de los movimientos de cada ciudadano y, sobre todo, lo que no se puede es llegar al absurdo demencial de pretender que existan personas absolutamente inmaculadas que no hayan roto un plato en su vida. No existen.

Cada uno a su nivel, pero todos tenemos "faltas" (a los ojos de la ley que todo lo controla) "pecados" o "pecadillos". Y hay cosas graves y cosas no tan graves. Hay que saber distinguir. Por eso exigir unos a otros lo que nadie puede dar es del género tonto.

Y, parafraseando de nuevo las palabras de Jesús, y a pesar de que suene un poco irreverente habría que decir: "Quítate primero la tesis de tu ojo y así podrás sacar el máster del ojo ajeno".