Con este contundente saludo, la exvicepresidenta del Gobierno se presentaba en el congreso de la sucesión de Rajoy. Era el año 2018. Abanico en mano abría con él una importante cantidad de expectativas presentándose a una primarias de las que saldría derrotada por Pablo Casado. Ese abanico se cerraría más tarde, llevándose consigo una etapa de la vida política española marcada por el "marianismo". En un momento muy difícil para el Partido Popular que, intentaba resurgir de sus cenizas cuan " Ave Fénix" y, lamentablemente, se quedaba sin uno de sus más importantes activos. Sáenz de Santamaría, mujer inteligente, con una gran preparación y verbo fácil que alcanzó las máximas cotas de poder desde la vicepresidencia del Gobierno Rajoy, teniendo bajo su mando al CNI. Tras una profunda reflexión, convencida de que tenía que cerrar una página de la reciente Historia de España y de la suya propia, como cualquier española.

Al llegar a su "mayoría de edad política", después de 18 años (del 2000 al 2018) en la que fue su casa (el Partido Popular) se independiza y quiere volar sola buscando su nuevo destino. Desarrolló una intensa carrera de servicio público a la sombra de Rajoy. Se ha ido con una "espina clavada" cuál es su estrepitoso fracaso que de alguna manera ha influido en el declive del PP. Pero bueno (nadie es perfecto). Llegó a tener despacho en Barcelona y en plena escalada separatista cometió el error de fotografiarse con Oriol Junqueras que, mientras con una mano la cogía por el hombro con la otra preparaba el "Golpe" que hace un año le llevaría a prisión. No era esto bastante que, teniendo la baza del CNI, no pudo impedir el uno de Octubre afirmando que el referéndum ilegal no iba a celebrarse. Lo importante fue que más tarde y con inusitada contundencia aplicó el 155. El negativo balance fue el descalabro del PP en las elecciones catalanas y el triunfo de Ciudadanos. Como cualquier político que se precie, su pretensión era obtener más cuota de poder en su partido, por eso ante su personal fracaso abandona.

La historia ha de juzgarla.