Una vez más el "yo no tengo la culpa" es la moneda de cambio que usan nuestros gobernantes cuando surgen los problemas. Es lo que suele ocurrir con los seguros, tanto en cuanto no hay un siniestro funcionan de maravilla. En Vigo "entre todos lo abandonaron y el solo se derrumbó". Entre el Ayuntamiento, la Autoridad Portuaria y la empresa contratante del evento del Marisquiño, se pasan la pelota y ninguno quiere ser responsable de lo que pudo ser una verdadera catástrofe de estar la marea alta. Unos que si la estructura del hormigón, otros que si la pasarela de madera y otros que si el aforo. Lo único claro es la estadística de afectados: más de trescientos heridos y siete de ellos graves. Según un tuit de la responsable del PP, la semana anterior denunciaba el lamentable estado de la estructura de madera que en unos días albergaría a miles de personas, para asistir al concierto, recordando al mismo tiempo las ultimas catástrofes conocidas. Aquí vale todo. Los responsables pueden ser otros pero las víctimas son las mismas, los ciudadanos, que dependemos de esta "banda de incompetentes" que dirigen nuestros destinos. ¿Cuándo vamos a saber si se llevó a cabo el mantenimiento periódico?, ¿quien autorizó la licencia para realizar el concierto?, ¿qué seguridad ofrecía la empresa contratante?, ¿cuál era el verdadero aforo? Demasiadas preguntas que el tiempo se preocupará de que no tengan contestación. Y nosotros nos quedaremos, como siempre, con el mismo palmo de narices, y esperando que desgraciadamente, por la dejación de funciones de los de siempre, pronto ocurra algo más grave. Desde aquí deseo la pronta recuperación de quienes sa han visto afectados y yo me quedo ejerciendo el "derecho al pataleo", que últimamente tanto ejercemos.