La Organización Mundial de la Salud (OMS) decidió ayer que el brote de ébola en África Occidental ya no es una amenaza global, al tiempo que advierte de que aún podrían detectarse nuevos casos en los países más afectados, por lo que ha pide que se mantenga la ayuda internacional. La comisión de emergencias decidió en su última revisión del brote que "ya no constituye una emergencia de salud pública de preocupación internacional por lo que las recomendaciones temporales deben levantarse", apuntando en concreto a las alertas de viajes a Sierra Leona, Liberia y Guinea, siendo en este último país en donde siguen apareciendo nuevos casos por reintroducción del virus por parte de supervivientes.