Viñagrande, un ejemplo de innovación educativa

Con apenas 120 alumnos, el colegio de Viñagrande en la parroquia vilanovesa de San Miguel de Deiro, es uno de los más pequeños de la comarca, una circunstancia que ayuda a impulsar iniciativas educativas centradas en la innovación y en las buenas prácticas. Esas son las dos cuestiones que han permitido al centro vilanovés hacerse con el segundo premio del Innovagal, un certamen que pone en marcha la Consellería de Educación y en el que se premia a los centros que apuestan por ello y lo aplican en las actividades y dinámicas realizadas en los últimos cinco cursos. El premio está dotado con 6.000 euros y los centros galardonados reciben el distintivo de Centro Educativo Innovagal, con una vigencia de cuatro cursos. El colegio hacía bastante tiempo que no se presentaba a este tipo de certámenes y tuvieron la suerte de conseguir ese segundo premio que se une a los que ya acumula sobre innovación educativa la institución.

Además del número de alumnos, que facilita trabajar con ratios mucho más adecuadas, lo cierto es que el gran mérito de la comunidad escolar del Viñagrande es su línea educativa y los acuerdos e ideas que se consensúan en el interior del claustro, donde existe un pensamiento común en cuanto a la metodología que se debed utilizar.

“La propuesta de innovación del CEIP Viñagrande-Deiro parte de la convicción de que la grandeza de una escuela es la infancia”. Con estas palabras define la propia Consellería de Educación el trabajo que se realiza en el centro, destacando que es este principio el que condiciona la vida y la organización del colegio, focalizando la metodología en el alumnado. En Viñagrande existen espacios y dinámicas que “respetan a la infancia, potenciando la autonomía, la inteligencia emocional, la comunicación asertiva y el pensamiento divergente”.

Desde el centro reconocen que una parte importante del mérito de este premio se encuentra en las familias, que se han implicado y tienen una participación activa en la vida del centro, con su presencia en todo tipo de actividades. Un ejemplo de esa implicación es la existencia de una comisión de familias que colaboran en la huerta escolar o en las comisiones de la biblioteca y de convivencia.

La metodología del centro se inicia en la etapa infantil, donde se han creado varios ambientes de aprendizaje en los que el alumnado puede circular por ellas y elegir en que propuesta quiere participar. En primaria, los contextos de aprendizaje son siete: humanístico-social, natural, radio escolar, TeleViñagrande, Obradoiro, robótica y técnicas de estudio.

Una de las cuestiones por la que más se ha apostado es la propuesta ecológica que surge del propio centro. Cuentan con un huerto y un invernadero para conocer técnicas agrícolas, unas actividades en las que todo el alumnado del colegio acude, por lo menos, en una sesión a la semana.

El medio ambiente también es otra de las implicaciones que destacan en el proyecto del centro. Así, todos los pequeños participan en actividades de separación de residuos y compostaje, aunque hay un grupo de alumnado responsable, perteneciente a las clases de tercero y cuarto de primaria, que ejercen como de patrullas ecológicas. Sobre ellos recae la responsabilidad de realizar tareas como llevar la basura a los contenedores que, este año, han incluido tapones y aceite doméstico.

Otro de los aspectos sistematizados son las “andainas” ecológicas. En el centro se realiza una por trimestre, recorriendo diferentes zonas de la parroquia de San Miguel de Deiro. Los alumnos llevan años también limpiando las playas próximas de plásticos después de hacer un recorrido diferente adaptado a la edad de los niños participantes.

El uso de la bicicleta para acudir al colegio, la reducción de usos de plásticos y otras muchas actividades han sido fundamentales para la consecución de este premio. Desde el centro también destacan los programas de formación de profesorado que se realizan a través del CFR de Pontevedra.

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