“La trata de personas es la esclavitud del siglo XXI y hay que luchar contra ella también en el lugar de origen”. Son palabras del inspector jefe de la Policía Nacional de Vilagarcía, Luis Hombreiro, que acaba de regresar de una misión internacional en Libia que suma a las que anteriormente desarrolló en otros países africanos como Uganda o Somalia. A diferencia de aquellas ocasiones en las que ejercía como instructor en materia forense, ahora su cometido ha sido enseñar a oficiales de alto rango locales cómo implantar un sistema de inteligencia en control de fronteras.
Hombreiro y el responsable de Informática de la Jefatura Superior en A Coruña –fueron los dos seleccionados de entre todos los aspirantes de España– impartieron el curso durante la primera semana a agentes de la Guardia de Fronteras de Libia y durante la segunda a miembros de distintos organismos en el Ministerio del Interior. La estancia transcurrió en Trípoli, una ciudad en la que el comisario apreció una “alta seguridad”.
Muy cerca de allí, de la capital, hay un punto caliente de salida de pateras hacia Europa con entrada por Italia. “Además de llevar a cabo un análisis táctico u operativo (detenciones, etc.), les incidimos en la necesidad de realizar uno estratégico que por ejemplo permita conocer las zonas de origen de los traficantes de seres humanos. Y para ello necesitamos bases de datos”, relata Hombreiro.
La contra narrativa
También se identifican los perfiles de grupos sociales desfavorecidos a los que no llegan los recursos y que constituyen el blanco de esos delincuentes para prometerles un futuro completamente falso. “Hay que utilizar la contra narrativa, es decir, colocar carteles en el entorno de lugares en los que viven esas personas, como centros educativos o sociales, mostrando lo que les prometen y al lado la realidad. La difusión también se realiza en prensa, televisión y redes sociales”, cuenta el policía de origen asturiano.
Además de luchar contra la trata de personas en el lugar de origen, “es importante localizar las rutas y las transit houses y casas de esclavitud, así como los medios que utilizan las mafias para el transporte (camiones, etc.)”.
Para todo ello son necesarias unas bases de datos, un sistema informático de inteligencia de control de fronteras que en España lleva en marcha muchos años pero que en Libia no. “No tiene sentido que empiecen con medios manuales cuando ya se puede hacer de otro modo más efectivo”, señala Luis Hombreiro. “Cuando entras y sales de un país es importante que la identificación sea biométrica, es decir, que la huella dactilar esté digitalizada y la foto sea de calidad”, explica el inspector jefe en O Cavadelo, quien añade que el control de fronteras “permite detectar rutas usadas por los delincuentes que se dedican al tráfico de seres humanos, de drogas o de armas”, es decir, al crimen organizado.
Una meteórica carrera que inició ya de inspector
Luis Francisco Hombreiro Noriega nació en 1977 en Asturias. Tomó el mando de la comisaría de Vilagarcía en septiembre de 2021 después de trabajar en distintas partes de España. Ingresó en el cuerpo muy joven y lo hizo ya con la categoría de inspector mediante una oposición. Su primer destino fue Lanzarote, donde ejerció dos años de coordinador de Seguridad Ciudadana. Después estuvo en Lugo como jefe de la Policía Judicial de delitos contra el patrimonio para dar el salto a Madrid, concretamente a la Comisaría General de Policía Científica.
En 2007 regresó a Galicia como director del Laboratorio Territorial de Biología-ADN de Galicia, Asturias y Cantabria, ubicado en A Coruña, donde trabajó durante ocho años, los mismos que posteriormente dedicó a su carrera en Málaga. En el sur ingresó en la UFAM (Unidad de Atención a la Familia y Mujer). De ahí pasó a la Científica y después ascendió a inspector jefe –también por oposición– en la comisaría de Vélez Málaga, donde asumió el mando del área de Extranjería y Fronteras y después fue jefe a nivel provincial.
Hombreiro trabajó como jefe de la Brigada de Extranjería y Fronteras en Málaga, una experiencia que le ha otorgado la capacitación para ser seleccionado para esta misión por parte de la División de Cooperación Internacional (DCI) de la Policía Nacional con la que colabora desde hace años como formador. En esta ocasión la misión se desarrolló a través de la Unión Europea y se buscaba lo que denominan “expertos nacionales destacados”.
Experiencia "muy enriquecedora"
Para Hombreiro esta experiencia “ha sido muy enriquecedora”. “Quiero poner mi granito de arena para ayudar a mejorar, y profesionalmente es un orgullo poder llevar el uniforme de la Policía Nacional a todas partes. Me gusta participar y colaborar con compañeros de otros países”, concluye el responsable de la Policía Nacional de Vilagarcía.