Faro de Vigo

Faro de Vigo

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Meis excavará en Outeiro do Cribo en busca de más petroglifos

El vecino Antonio Cores cedió la parcela donde está el grabado rupestre, pero según el Catastro parte de la piedra se halla en otra finca

Antonio Cores, en el petroglifo de Outeiro do Cribo, en marzo pasado. | // IÑAKI ABELLA

El Ayuntamiento de Meis ha tenido que modificar ligeramente el proyecto de excavación del yacimiento arqueológico de Outeiro do Cribo, en Armenteira, después de que la Dirección General del Catastro advirtiese de que parte de la piedra que contiene los petroglifos se encuentra, presuntamente, en una segunda finca colindante.

Un vecino de Armenteira, Antonio Cores González cedió al Concello la parcela de monte donde se encuentra el petroglifo, y aportó los documentos antiguos que avalan su propiedad. No obstante, en los planos del Catastro se apunta que parte de la piedra que contiene los grabados prehistóricos se halla en otra parcela adyacente.

El laberinto del petroglifo de Outeiro do Cribo INAKI ABELLA DIEGUEZ

Los planos del Catastro no siempre se corresponden con la realidad, y menos aún cuando se trata de dibujar los a menudo irreconocibles minifundios forestales, pero las administraciones se guían por ellos, de ahí que el Ayuntamiento de Meis se haya visto obligado a desandar el camino recorrido y a retocar ligeramente el proyecto que había preparado para Patrimonio en junio de 2021.

Por fortuna para los intereses del Concello, la familia de Poio que ostenta la propiedad del terreno en el que, supuestamente, se encuentra parte de la piedra tampoco ha mostrado oposición al proyecto municipal. Así las cosas, Meis podrá seguir adelante con sus planes de mejora y puesta en valor del yacimiento de Outeiro do Cribo, aunque se hayan retrasado.

El elemento principal del yacimiento es un petroglifo, donde se encuentra uno de los laberintos, “mejor ejecutados y conservados de todo el arte rupestre gallego”, según los técnicos de la Diputación que han redactado el proyecto, el arqueólogo Rafael Rodríguez y el conservador Óscar Taboada.

La intención del Ayuntamiento es realizar unos sondeos, para conocer mejor la entidad del yacimiento, rozar el entorno para crear un espacio visitable, y ponerlo en contexto con otros puntos de interés arqueológico e histórico cercanos, como las mámoas de Fonte do Lagarto, los grabados de Outeiro do Tronco o el monasterio de Armenteira. Hay que tener en cuenta que el petroglifo se encuentra en un punto con gran potencial turístico, pues cerca del mismo discurren una de las rutas BTT del monte Castrove y la Variante Espiritual del Camino Portugués.

El conjunto arqueológico también contará con paneles interpretativos y con un vallado de madera, puesto que actualmente incluso hay personas que pasan por encima de la piedra con sus bicicletas de montaña o sus quads.

Los vecinos desconocían que las “marcas” fuesen prehistóricas

Antonio Cores González fue homenajeado en marzo pasado en la gala “Meisinos do Ano”, puesto que su cesión de la parcela donde se encuentra el petroglifo de Outeiro do Cribo dejaba las puertas abiertas al Ayuntamiento para ejecutar un proyecto cultural largamente anhelado. Cores González explicó entonces que había heredado la parcela de la familia de su madre, pero que nunca imaginó que entre los árboles y la maleza se encontrasen unas piedras de tanto valor cultural. La finca le quedaba lejos de casa, y únicamente iba de vez en cuando.

A los 18 o 19 años subió con un cantero, y este le mostró las piedras grabadas para que reconociese su propiedad entre todas aquellas parcelas de monte prácticamente iguales, pero ni siquiera entonces reparó en la existencia de los petroglifos. Pero pasó el tiempo, y gracias a unos vecinos de la aldea de Valboa -una de las situadas a mayor altura en el Castrove, y de las más próximas a los petroglifos- supo que las piedras de su finca tenían unas “marcas” que la convertían en especial. “La gente de Valboa sí que sabía que ahí había piedras marcadas”, explicó. Cores declaró entonces sentirse “orgulloso” de que un grabado rupestre que estuvo en su propiedad pueda ahora ser un recurso turístico para Meis. La puesta en valor se ejecutará previsiblemente durante 2023, con financiación de la Diputación.

Compartir el artículo

stats