“¡Pero si yo no tengo coronavirus y ya me pincharon otras veces!”. Este y otros comentarios se podían escuchar ayer en la Domusvi de Ribadumia durante la jornada maratoniana que cuatro enfermeras del Sergas y dos trabajadoras de la residencia desempeñaron para vacunar contra el COVID y contra la gripe a los 152 usuarios de las instalaciones. Es el centro sociosanitario más numeroso de la comarca y precisamente fue el que inauguró en O Salnés esta nueva tanda de vacunaciones para administrar las cuartas dosis (o segunda de refuerzo). Mañana le tocará a los de Vilagarcía (Divina Pastora y Servisénior).
El lugar elegido fue el mismo que en anteriores ocasiones: la antigua cafetería que actualmente se usa como sala de visitas. Tiene acceso desde el jardín y está totalmente ventilada.
“Cuando nos dijeron del Sergas que venían a vacunar informamos a las familias mediante un mensaje y ellas decidieron”, comenta la coordinadora de la residencia ribadumiense, Luisa Domínguez. Aunque en el momento de la conversación –en pleno trajín con la vacunación– desconocía el número de renuncias, apunta que no fueron demasiadas. También hay que tener en cuenta que las personas que se contagiaron de coronavirus en los últimos tres meses no pueden inyectarse una nueva dosis. En relación a los brotes, el último en la Domusvi tuvo lugar el pasado mes de enero.
Belarmina, centenaria
Belarmina es una de las usuarias más longevas, con nada más y nada menos que 100 años. Al igual que sus compañeros, se vacunó en el brazo izquierdo de COVID y en el derecho de la gripe. Las enfermeras ya tenían los viales preparados para que el proceso fuese ágil y fluido.
En la sala se dispusieron varios sillones para comodidad de los residentes en los que las trabajadoras los iban sentando. Los que se desplazan en sillas de ruedas debido a sus problemas de movilidad ya no necesitaron los asientos. El personal sanitario también subió a las habitaciones para vacunar a los mayores que se encuentran encamados.
Visitas y salidas
En relación a las visitas, la coordinadora explica que se han normalizado. “Solamente hay que pedir cita previa”, indica. Los residentes pueden salir a comer, a pasar el día o el fin de semana con sus familiares. En cuanto a las visitas propiamente dichas, si son al interior de la residencia se fija un máximo de dos personas por residente por cuestiones de aforo, pero si es en el jardín no hay límite.