En un momento en el que la acción turística masificada está altamente cuestionada, cada vez son más las reservas naturales y destinos que buscan controlar su afluencia. Entre ellos está el islote Areoso, perteneciente al municipio de A Illa de Arousa, que ya ha puesto fecha para el fin a su 'boom' turístico. "El verano que viene estará regulado", ha asegurado el alcalde de la localidad, Carlos Iglesias.

El regidor ha señalado que la Xunta ya tiene listo su borrador sobre la normativa que regulará el arenal a partir del verano que viene, a imagen de lo que ocurre en otros destinos naturales, como las islas Cíes, Ons o la Praia das Catedrais.

En concreto, Iglesias, ha adelantado que "se establece un régimen de visitas en diferentes franjas horarias", que tiene como objetivo "reducir la presión humana". Los horarios establecidos, según ha informado el alcalde, serán desde primera hora de la mañana hasta las 15.00 horas, y desde esa franja hasta la puesta del sol —cada uno de los husos horarios tendrá un computo de visitantes—. Asimismo, "las visitas durante la noche estarán prohibidas".

La Xunta ha confirmado que el total de gente que podrá ir al islote va a estar diferenciado entre la temporada alta, correspondiente a los meses de verano, y la temporada baja, en la que las visitas se reduce.

Además, la administración autonómica ha apuntado que, según las características de las visitas, habrá una máxima de carga de la zona, diferenciando entre fondeos, atraques y acceso de personas al arenal. La medida está pendiente de apertura a un procedimiento de tramitación pública —en el que se podrán hacer alegaciones— para su posterior aprobación e implantación.

Acuerdo de regulación

Tanto el gobierno local como la Cofradía de A Illa han mostrado su apoyo y acuerdo en la regulación de las visitas, ya que, han alertado, "de seguir con la dinámica actual, acabará desapareciendo".

Otro refuerzo en esa aprobación viene por parte de las empresas turísticas —tanto de chárter náutico como de alquiler de kayaks— que desempeñan su actividad en la zona. Así, el Clúster de Turismo de Galicia ha constatado que las empresas "estaban de acuerdo" en el sentido de regular el acceso al islote. Todas las entidades consultadas han puesto de manifiesto la importancia que tiene para ellos la "preservación del recurso" ante cualquier otra actividad.

El primer edil de A Illa ha recordado que en el ayuntamiento se llevó a cabo una jornada de medio ambiente para tratar diversos temas, entre los que se encontraba la problemática del Areoso. Iglesias ha aludido a la participación de la gente local en esa charla para dar su opinión y ha asegurado que "están a favor de que se regule para que se pueda disfrutar".

Medidas previas

Las medidas para preservar este espacio no son nuevas. Así, el patrón mayor de a Illa, Juan José Rial Millán, ha señalado que hace "cuatro o cinco años" se pusieron boyas en el islote y carteles informativos en los puertos "para saber como deben fondear y realizar el acceso".

Del mismo modo, el Areoso es una isla sedimentaria que posee una duna que está sometida a una gran acción humana y tiene muy poca vegetación. Por ello, hace unos años se valló la zona dunar para que la gente "no pise sobre ella".

Un biólogo marino de la localidad, Alberto Lorenzo, ha señalado que con este cercado "la vegetación se verá favorecida" ya que, al prohibir a la gente pisar en ella hará "que las plantas que allí se encuentran no mueran al degradar sus raíces" que son la "herramienta principal" para que la arena no se arrastre a otros puntos.

En línea con esto, Millán ha señalado la unión de tres fuerzas: la acción de las mareas —que ya cruzan el islote de un lado a otro—, la acción humana y los temporales de invierno, que se "llevan toda esa arena", provocan que el islote vaya perdiendo cada vez más superficie. "Si seguimos a este ritmo vamos a acabar deshaciéndolo", ha sentenciado Millán.

A mayores, más allá de su interés turístico, el islote es, además, una concesión administrativa de explotación marisquera que tiene la cofradía de Arousa. En relación a esta cuestión, Millán ha indicado que "la afluencia de embarcaciones a motor, hacen que la arena se mueva y el desove de algunas especies no pegue".

Por ese lado, la cofradía "ve que en los últimos años está bajando la producción de almeja babosa" y ha añadido que aunque "no todo es culpa de la masificación, si que es una causa que les está perjudicando".

El alcalde, ha señalado que, además de proteger el enclave natural y las prospecciones arqueológicas, también buscan preservar la zona de extracción de bivalvos que "es una de las más importantes". "No se puede permitir que está acción de uso privado perjudique a la cofradía", ha zanjado.