En la mañana de ayer la estampa del mar a la altura de la playa de As Sinas presentaba una imagen fuera de lo común. Un barco de pesca, perteneciente a la cofradía de Rianxo, apareció varado sobre unas rocas donde se quedó sin posibilidad de maniobrar.

Mientras realizaba su faena en artes menores, la nave tomó contacto con las piedras en una zona en la que el calado, a consecuencia del efecto de las mareas, ya había descendido considerablemente.

Precisamente la bajamar continuó su efecto dando lugar a una imagen que llamó la atención de todas las personas que pasaron, andando o en sus vehículos, por las proximidades del arenal vilanovés. A ello se le unía la altura de las piedras sobre las que posaba el barco que aun realzaban más la curiosidad de la escena.

Sin tener que lamentar daños de consideración en la estructura, la pleamar facilitó la maniobra del patrón de la embarcación para poder recuperar los mandos y emprender rumbo de vuelta a Rianxo.