Temperatura alta, incluso por las noches, humedad, precipitaciones, un desarrollo vegetativo acusado, tanto de las vides como de las especies acompañantes... Se dan todos los ingredientes para que el viñedo se vea atacado por enfermedades como el mildiu y la black rot (podredumbre negra de la vid), entre otras.
Es cierto que los viñedos deben estar convenientemente protegidos a estas alturas. Pero si no es así, o si las lluvias persisten y las plagas siguen su avance, no cabe duda de que será preciso actuar aplicando los correspondientes tratamientos fitopatológicos en cuanto cesen las precipitaciones.
En la Estación Fitopatológica de Areeiro (EFA) confirman la delicada situación en que se encuentra actualmente el viñedo.