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San Isidro revive los molinos de Currás

Más de una decena de tractores participarán en un evento de los más queridos de Caleiro

Durán muestra el funcionamiento del molino de Currás.

Todo estaba preparado para que ocurriese en mayo de 2020, pero la aparición del coronavirus dejó a la parroquia de Caleiro, en Vilanova de Arousa, sin la posibilidad de recuperar una de sus grandes tradiciones, los carros engalanados de San Isidro, y conocer el funcionamiento de los antiguos molinos de Currás, ya rehabilitados, tanto en el exterior como en el interior. Esa espina clavada que tenían los vecinos de Caleiro se sacará este fin de semana, con dos años de retraso, pero con toda la ilusión.

El alcalde de Vilanova, Gonzalo Durán, y la comisión de fiestas de San Isidro presentaron ayer las fiestas que se van a celebrar el sábado y el domingo. La primera jornada contará con una procesión de carros engalanados, en la que participarán más de una decena, ya que el llamamiento que se hizo desde la comisión ha provocado una respuesta importante. El carro mejor decorado recibirá un premio de 200 euros, 100 el segundo y 50 el tercero. El resto de participantes, hasta la decena, recibirán 20 euros. Tras el concurso habrá una degustación de chorizos, pan de maíz y vino tinto en el campo de la fiesta.

El domingo, después de la misa, todos los vecinos podrán acercarse hasta los molinos de Currás para descubrir como, más de medio siglo después, vuelven a trabajar sus piedras moliendo el maíz con el que se elaborarán las “empanadas de millo” que se van a degustar. Durán reconocía ayer que las Festas de San Isidro son el marco perfecto para dar a conocer los molinos, porque San Isidro es el patrón de los agricultores, y no hay nada más ligado al campo que los molinos”.

El regidor recordaba ayer que recuperar los molinos no fue una tarea sencilla. Todo el exterior de los mismos fue acondicionado por varios Obradoiros de Emprego de la Mancomunidade. Sin embargo, para rehabilitar el interior, hubo que recurrir a un especialista que “fuimos a buscar al municipio coruñés de Ames”. Ese fue el carpintero que consiguió que elementos como el rodicio o la presa retornasen a la vida después de más de medio siglo sin sonar en los vetustos molinos de Currás. Es por ello que, tanto la organización de la fiesta como el alcalde de Vilanova, animan a los vecinos a acudir el domingo para ser partícipes de “la puesta en marcha de esta actividad, con la que pretendemos dar a conocer el funcionamiento de los molinos”.

Senda entre los molinos y Lobeira

La rehabilitación no se ha limitado a los molinos, sino que se ha acometido una importante actuación en el entorno que todavía está pendiente de completarse. No en vano, Vilanova está negociando con Infraestruturas la construcción de una senda que, bordeando los márgenes del río Currás, comunique con Lobeira, el impresionante mirador que existe sobre la ría de Arousa en la parroquia de András. Esta senda peatonal no solo serviría para atraer turistas, sino también para ofrecer una alternativa a los vecinos de todo ese entorno para llegar al casco urbano sin necesidad de caminar por las carreteras tan concurridas que hay en la zona. Además, en todo ese trayecto existen varios molinos, alguno de los cuales no se descarta proceder a su rehabilitación para crear un complejo etnográfico.

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