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La ampliación de la represa de Cabanelas no convence a los ecologistas

Van a analizar el proyecto y presentarán alegaciones por el impacto medioambiental que puede provocar en el río

Represa de la captación de agua para la isla de A Toxa en Ribadumia. Iñaki Abella

Primero han sido los vecinos y ahora son los ecologistas los que se posicionan en contra de que se amplíe la represa del río Umia que surte de agua a las urbanizaciones de A Toxa, en O Grove. El Colectivo Ecoloxista de O Salnés va a estudiar en profundidad el proyecto y presentará alegaciones al considerar que unas obras de esas características pueden provocar un severo impacto medioambiental en el cauce fluvial. Así lo reconocía ayer la presidenta del colectivo, Marta Lois, al recordar que su colectivo ya presentó alegaciones a este proyecto en el año 2012.

Lois recuerda que los gestores de esta captación de agua “desde siempre han querido hacer un espacio mucho mayor algo a lo que nosotros nos oponemos porque causaría un impacto brutal sobre el río”. No en vano, el Umia es uno de los cauces de Galicia más maltratados y con mayor número de problemas ambientales, especialmente a causa de captaciones de agua, legales e ilegales. “Desde hace mucho tiempo, creemos que la situación del río debería ser gestionada de otra forma, atendiendo a los problemas que existen en todo su conjunto y qué suponen para el cauce este tipo de captaciones o los aportes de aljibes que hay en los márgenes del río, cuales pueden ser esos impactos a nivel ecológico”.

El río Umia acostumbra a tener una importante variación en su caudal, situación que se ha hecho más evidente con la existencia de la presa de Caldas, una actuación que “ha afectado mucho a la vida y a la calidad del agua y, aunque en este caso tenemos que analizar el proyecto para ver cual puede ser el impacto, de entrada, es seguro que hacer una ampliación en esta captación no va a significar nada bueno, por eso seguramente planteemos algún tipo de alegación”.

Al igual que los vecinos, el colectivo descubrió la intención de la entidad que gestiona esta traída de agua tras la publicación del anunció en el Boletín Oficial de la provincia (BOP), donde se explica que las obras solicitadas van a consistir en la construcción de una represa en una superficie de 40,10 metros de longitud y 29,30 de ancho, con escollera y con una altura máxima de 1,80 metros sobre rasante, donde se instalarán unos bloques de piedra de 500 kilogramos. Esta represa es fundamental para evitar la salinización del agua en la captación del agua, ya que evita que pueda ser alcanzada la zona por el agua del mar. Además, también favorece la captación de agua en épocas de sequía, en la que el río baja con un caudal mucho menor.

Los vecinos de la zona llevan mucho tiempo denunciando los problemas que genera la existencia de esa presa, sobre todo, en actividades como el uso de la playa fluvial de Cabanelas, la pesca deportiva en el Umia o la actividad deportiva que se desarrolla en el club de piragüismo que hay más abajo. De hecho, censuran que las sucesivas ampliaciones que se han hecho en la represa “han sido varios camiones acumulando piedra y escombros para construir lo que parece un dique, ya que en épocas de sequía, el caudal baja de forma considerable a causa de esta infraestructura”. A ello se une que, cada vez que se registran riadas, gran parte de esa represa acaba siendo arrastrada por la corriente y las piedras acaban en la zona de la playa de Cabanelas.

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