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En vez de banquetes, ensayos de música

La banda de Meaño trabajará durante unos meses en el salón de una bodega

Ensayo de la BUMM con estores acústicos en el pabellón de Xil. | // IÑAKI ABELLA

La Banda Unión Musical de Meaño (BUMM) estrena hoy nuevo local de ensayos. Será en el salón de eventos de Bodegas Vionta, empresa ubicada en el alto de Simes, firma con la que la asociación que preside Olga Pérez Sanmartín ha llegado a un acuerdo en régimen de alquiler.

En principio, se trata de una entente por un plazo de cuatro meses, a modo de solución provisional, en espera de que el espacio que el Concello gane sobre el escenario cerrado de la Praza da Feira se convierta en sala de ensayos definitiva.

Así, la BUMM al completo está citada para este primer ensayo al completo, aunando a cerca de un centenar de instrumentistas. Será a las 21.30 horas, bajo la dirección del maestro Diego Javier Lorente, y en un salón que ofrece la amplitud y el confort necesario para paliar el invierno y la situación COVID, el poder disponerse de la distancia física suficiente entre los componentes.

El coste del alquiler será asumido por la propia asociación Banda Unión Musical de Meaño. El regidor Carlos Viéitez, que es sabedor de esta alternativa, había anticipado ya en el pleno del pasado mes de noviembre que era receptivo para que el Concello colaborase con la causa. De momento, a día de hoy el Concello aún no se concretado en qué consistirá su ayuda, si bien desde la asociación se atisba que sí puede cristalizar un acuerdo entre asociación y Ayuntamiento para financiar juntos el alquiler.

La previsión de cuatro meses viene dada además por el hecho de que esta bodega de Rías Baixas, vinculada a la firma Freixenet, precisará disponer de ese salón para destinarlo a eventos y banquetes, una vez avanzada la primavera.

El motivo de esta nueva sala de ensayos se hace preciso porque la solución por la que se optó hace un año, que fue disponer un cubo cerrado por estores acústicos en el pabellón de deportes de Xil (500 metros cuadrados), no acabó de funcionar. Ni la reverberación, ni el frío de la instalación se pudieron mitigar, llevando a los instrumentistas a tener que ensayar en ocasiones con el abrigo puesto. Y es que, amén del frío, el pabellón de deportes de Xil padece de problemas de humedad y agua. Un problema latente, que persiste aún desde su reconstrucción.

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