Los investigadores del Grupo de Historia Agraria e Política do Mundo Rural (Histagra) de la Universidade de Santiago de Compostela (USC) comienzan hoy en el cementerio municipal de Vilagarcía a exhumar la fosa común en la que permanecen enterradas 18 víctimas del franquismo asesinadas entre los años 1936 y 1937. El gestor del grupo, Gustavo Hervella, estima que los trabajos de excavación durarán toda esta semana y probablemente parte de la siguiente. Todo dependerá de lo que los expertos encuentren bajo tierra y de las condiciones meteorológicas.
El profesor apunta que como mucho se podrá cotejar el ADN de diez fallecidos. “Siempre que todo vaya bien”, dice con prudencia. Por tanto se podría identificar a la mitad de las víctimas.
Muy jóvenes
A todas ellas les arrebataron la vida de forma prematura y atroz. Todas eran muy jóvenes, la mayoría con edades que oscilan entre los 20 y los 30 años de edad.
Josefa Barreiro González y Pilar Fernández Seijo son las dos únicas mujeres de la fosa. Josefa, vecina de Trabanca Badiña, trabajaba como campesina y pertenecía a la CNT. Murió con 26 años, torturada y fusilada el 19 de marzo de 1937 por esconder en su casa a Urbano Tarrío, otra de las personas enterradas en la fosa. Según la base de datos del proyecto interuniversitario “Nomes e Voces” liderado por la USC, Josefa Barreiro estaba registrada como “ejecutada por estar incursa en los bandos de guerra”.
Pilar Fernández Seijo, “La Montañesa”, era una obrera también de Trabanca Badiña. Integrante de la CNT, fue asesinada con 41 años el 16 de febrero de 1937. La web de “Nomes e Voces” recoge que fue “juzgada por rebelión pero se suspenden las actuaciones. Muerte en un monte de Vilagarcía al incendiar la guardia cívica la casa en la que se escondía en compañía de otras personas huidas. El suceso está registrado como acción de guerra”.
Miguel Fuentes Jamardo fue trasladado
Al igual que Josefa y Pilar, otras 17 personas víctimas del franquismo fueron arrojadas a la fosa común del cementerio municipal de Vilagarcía. Y es que en un principio eran 19. Durante la investigación desarrollada por Margarita Teijeiro y Antonio Caeiro en los años 90, averiguaron que uno de los fallecidos había sido trasladado por su familia a un nicho particular. Se trata de Miguel Fuentes Jamardo, un vecino de Zamar (Vilagarcía) que nació en Argentina y cuya familia pagó los 5 duros que le pedían en la época para sacarlo de la fosa.
Miguel era peón y murió con 23 años el 23 de agosto de 1936 a causa de “un disparo de arma de fuego”. Su cadáver apareció en los montes entre Solobeira y Cornazo, reza la web de “Nomes e Voces”.
Personas con vidas truncadas
El pasado mes de julio el Roteiro da Memoria Democrática de Vilagarcía inauguró una placa en homenaje a los 19 republicanos que fueron sepultados en la fosa común. A los tres mencionados hay que sumar Eduardo Ferreirós Boullosa (Carril), Inocencio Lamas Bugallo (Zamar), Amador Gómez Agustiño (Leiría, Portugal), Avelino Fuentes (A Illa), Luis Iglesias Galáns (Cornazo), José Ramón Roo Pérez (Cornazo), Luis Aragunde Alfonsín (Cornazo), Manuel Díaz Hermo (Guillán), Luis Castro Lojo (A Illa), Luis Vilas Barreiro, Matías Bouzada Torrado (Vilagarcía), Joaquín Ramos Patiño (Vilaxoán), Manuel Limeres Ordóñez ( Vilagarcía), Antonio Sayanes González (Vilagarcía), Rodrigo Berruete Alejandre (Vilagarcía) y Urbano Tarrío Montero (Rubiáns).
