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Una carretera que vuelve a separar familias en A Pantrigueira

El apagado del semáforo de A Pantrigueira ha indignado a los vecinos de la zona.

Son las 11 de la mañana y un niño de unos seis anos y una niña de quince tratan de cruzar por el paso de peatones de la PO-307 que une A Pantrigueira con San Miguel de Deiro. El semáforo se encuentra en ámbar, pero ninguno de los numerosos vehículos que pasan se digna a parar y dejar pasar a los pequeños. Lo hace una vecina de la zona y ellos comienzan a cruzar, el pequeño jugando y la niña atenta a lo que pueda pasar. Eso le salva la vida al niño ya que otro vehículo, en dirección contraria atraviesa el paso de peatones a más de la velocidad a la que está limitada la zona, lo que obliga a la niña a tirar del pequeño antes de que sea atropellado.

Esta situación se vivió ayer en el semáforo de A Pantrigueira, ese que se puso en ámbar el pasado lunes para garantizar mayor fluidez a los vehículos que vienen de las playas de A Illa y Vilanova, una medida con la que se pretenden evitar los atascos. La decisión no tiene lógica ninguna para los vecinos de todo ese entorno a los que la carretera separó desde hace años y el semáforo permitió que pudiesen volver a cruzar con relativa seguridad.

Cruzar el vial PO-307 a pie o en coche sin la ayuda del semáforo se ha convertido en misión imposible para los vecinos de la zona

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“Aquí hay familias que están separadas por la carretera y que ahora ven como les resulta prácticamente imposible cruzar de A Pantrigueira a San Miguel, y si lo intentan, se arriesgan a ser atropellados, eso es lo que se ha conseguido con la decisión de poner en ámbar el semáforo”, explicaba ayer una vecina de la zona. Es más , todos los vecinos del entorno comparten que el problema del semáforo era el tiempo que permanecía abierto para la PO-307. “Eran tan solo treinta segundos, por eso ayudaba a congestionar el tráfico, pero creemos que regulándolo de forma correcta, con unos minutos de paso para los vehículos de la general y cambiando cuando se active el sensor sería lo más lógico”, explican. Otra opción es que se mantenga activo toda la jornada hasta que comiencen las retenciones “y una vez que eso ocurra, ponerlo en ámbar y situar en ese punto a un agente para que agilice la circulación de la PO-307 y pueda dar paso a los vehículos que intenten incorporarse cuando sea necesario”. No sería la primera vez que eso ocurre, recuerdan, ya que antes de que hubiese rotonda en O Terrón, “la presencia de los policías locales o guardias civiles regulando el tráfico a la salida de las playas era habitual”. Las opciones de salir por otros viales tampoco son muy factibles, ya que “son viales muy estrechos que, si se sobrecargan de tráfico, van a convertirse en escenario de accidentes”.

Lo que más les sorprende a los vecinos es que la decisión adoptada haya sido recomendada por la Dirección General de Tráfico (DGT) que “tiene esta zona de la PO-307 entre los puntos negros más importantes de la comarca por su alta siniestralidad, con accidentes en los que se han registrado heridos graves y fallecidos”. Es más, atribuyen el cambio “a una decisión política, del Concello de Vilanova o de la Subdelegación del Gobierno para evitar unos atascos que se mantienen igual, como se pudo ver todos estos días sobre las 20.00 horas”.

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