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O Salnés colabora en la extinción de la conservera de Boiro

Agentes policiales controlan el perímetro. | // IÑAKI ABELLA

Hacía mucho tiempo que no se veía un operativo tan numeroso como el de ayer en la ría de Arousa. Y es que en algunos momentos llegaron a trabajar activamente en la extinción del incendio hasta medio centenar de personas. Sus trajes delataban sus procedencias: había bomberos y personal de emergencias llegados desde Cambados, Sanxenxo, Ribadumia, Noia, Muros y hasta Santiago. Las llamas se combatieron desde tierra, mar y aire, y llegó a haber en las inmediaciones de la fábrica 18 vehículos de extinción y tres helicópteros.

Tal y como explicaron a media tarde el vicepresidente de la Xunta, Alfonso Rueda, y el director general de Jealsa, Cristóbal Valdés, una vez que se constató que no había personas atrapadas en la zona de fuego, la prioridad fue evitar la llegada de las llamas a dos espacios especialmente sensibles: el área donde se encuentran los depósitos de amoníaco, y la parte de la factoría donde se lleva a cabo la mayor parte del proceso de producción.

Los bomberos, durante las tareas de extinción. | // IÑAKI ABELLA

La tarea no era sencilla, y hubo que combatir las llamas desde varios frentes. Desde tierra, los camiones de bomberos extendieron sus escaleras, para acercar lo máximo posible a los trabajadores a donde estaba ardiendo. Mientras, los helicópteros arrojaban agua sobre las cubiertas de las plantas, con la finalidad de enfriar lo antes posible los materiales y evitar que el fuego prendiese en más zonas.

Los Gardacostas con base en Vilaxoán también acudieron. | // I.ABELLA

En su intervención ante los medios de comunicación, Alfonso Rueda incidió en las dificultades que entrañaba el operativo, tanto por la acción cambiante del viento como por la posibilidad de que no se pudiera controlar el incendio antes de la noche, momento en el que los medios aéreos tendrían que retirarse por falta de visibilidad. Por ello, no se ahorraron medios, e incluso se recurrió a al menos una grúa de obra privada.

Desalojo de viviendas

El incendio se originó en el área de congelados, y las personas que se encontraban en el interior en ese momento pudieron salir sin problemas al exterior. También se procedió al desalojo de algunas de las viviendas más próximas a la factoría, no tanto por el riesgo de que se extendiesen las llamas como por el efecto peligroso del humo.

Por su parte, el director general de Jealsa, que compareció junto a Rueda, manifestó que si se evitase la afectación de la zona de producción, la compañía estaría en disposición de seguir atendiendo sus compromisos con el mercado.

En torno a las siete de la tarde, la situación estaba ya prácticamente controlada, aunque todavía no se podía considerar extinguido el fuego. Los servicios de emergencias lograron evitar el riesgo en la zona de los tanques de amoníaco -lo que podría haber originado un serio problema medioambiental-, y buena parte de los trabajos se estaban centrando en la refrigeración de las partes quemadas o próximas. Los medios aéreos se retiraron también sobre esa hora, en un momento en el que el tiempo empezó a empeorar sensiblemente en Boiro.

De todos modos, que los bomberos estuviesen a punto de sofocar el incendio hacia las ocho de la tarde no significa que les faltase poco en la factoría. “Aquí aún quedan muchas horas de trabajo”, sentenció uno de los participantes en el gigantesco operativo.

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