Prefiere mantenerse en el anonimato. Los únicos datos personales que está dispuesto a dar son que tiene 26 años y es vecino de Vilagarcía. Estos días ha recurrido a las redes sociales para solicitar colaboración ciudadana en las salidas que él y una compañera están realizando cada noche por las calles del municipio para proporcionar bebidas calientes y mantas a las personas sin techo que están sufriendo la ola de frío a la intemperie. El joven sabe de cuatro personas que están durmiendo en la calle, además de otras muchas que aunque se refugian en inmuebles abandonados y en mal estado, no disponen de un techo en condiciones en el que vivir.
Este vecino de Vilagarcía comenzó el sábado a recorrer los puntos en los que se suelen reunir esas personas que necesitan ayuda: el parque Miguel Hernández, la Plaza de Galicia o la zona de aparcamiento próxima a la plaza de abastos. Pero ayer por la noche no pudo hacer la ronda porque no tenía nada que ofrecer a los “sin techo”. Y es que echa en falta colaboración. “No he tenido mucho apoyo. He preguntado en una entidad social por un termo y me han contestado que no estaba en presupuesto”, comenta el ciudadano, quien no entiende cómo en plena ola de frío el Concello no ha reabierto el pabellón de Fexdega como albergue. El de Cruz Roja, situado en la Plaza de la Constitución, cuenta con diez plazas, pero debido a la reducción de aforos con motivo de las restricciones del COVID, solo puede ofrecer cinco, y al parecer estos días están todas ocupadas.
El joven preparó un caldo caliente en su casa y una compañera hizo leche con cacao que introdujeron en dos termos con capacidad de un litro cada uno. “Mi madre me compró mantas y un saco de dormir”, agradece. Además de la ayuda de su progenitora, el impulsor de esta iniciativa solidaria contó con la solidaridad de una panadería de Vilagarcía que le regaló bollos preñados y napolitanas, además de vasos para llevar en los que distribuir las bebidas calientes entre las personas sin hogar.
