Es un día extraño en las plazas de abastos, pescaderías y supermercados. Cualquier otro sábado estarían a tope, incluso en plena pandemia, pero hoy todo es distinto. La diferencia es que esta jornada llega una vez superado el primer asalto de las fiestas navideñas, es decir, cuando queda pendiente la traca final, para despedir 2020, cuando las carteras aún están a la espera de poder reponerse tras el impacto sufrido y, por qué no decirlo, cuando los estómagos siguen tratando de digerir las copiosas comilonas y demás excesos.
De ahí la desangelada imagen que ofrecen las plazas de abastos, donde el marisco brilla por su ausencia.
Esto se debe, en parte, a que las descargas en los puertos y las subastas en lonja fueron mínimas entre ayer y hoy. Pero, sobre todo, esa llamativa escasez de producto a la venta en los mercados de abastos obedece a que “la gente aún tiene muchas sobras que comer en casa después de la cena de Nochebuena y la comida de Navidad”, explican los pocos vendedores que hoy pueden encontrarse en los mismos.
Tanto ellos como los que decidieron hacer “puente” y no volver a trabajar hasta el lunes o el martes, confían en que sea a partir de entonces cuando el marisco recobre su protagonismo, pensando tanto en las cenas de fin de año como en los almuerzos del día siguiente.
Sirva como ejemplo de lo que se está viviendo hoy que en la plaza de abastos de Cambados funcionaban esta mañana un puesto de venta de “hojas de bacalao” (el salado) y un par de carnicerías.
Una estampa que se repite en la de Vilagarcía, donde, junto a las pocas carnicerías y puestos de verdura operativos, únicamente pueden encontrarse media docena de bancadas dedicadas a pescados y mariscos.