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Alumnos y miembros de las bandas de música regresan a su “cubo de ensayos” en el pabellón de Xil

Las primeras sensaciones al testar el local han resultado positivas | Se adoptan estrictas medidas de seguridad sanitaria en el local

Miembros de la banda en el pabellón de Xil. | // IÑAKI ABELLA

Los primeros ensayos en el pabellón de Xil. | // IÑAKI ABELLA

Se estrenaba hace unos días el nuevo local de ensayo de las bandas de música meañesas, tras reacondicionarse para ello el pabellón de deportes de Xil. Un pabellón que dejará, pues, de tener función deportiva y que ha debutado ya en su nuevo rol. Lo hacía con la Banda Infantil, que dirige el profesor de saxo Pablo Vigo; la Xuvenil, bajo la batuta del maestro de trombón Juan Portela; y la BUMM, esta dirigida por Daniel Portas, trombonista solista de la Banda de Municipal de Santiago -a la sazón que de la BUMM-, y que antes había dirigido las bandas de Barro y Caldas de Reis.

Y es que la baja por paternidad del director titular, Diego Javier Lorente López, está haciendo preciso un recambio provisional, con este trío de directores, todos ellos integrantes consolidados en la BUMM. Y este fin de semana, nuevo ciclo de ensayos, ayer viernes con la Banda Infantil, y hoy sábado la Xuvenil a partir de la 12 y la Unión Musical de Meaño a partir de las 17 horas. Esta última, con dos turnos, viento madera y viento metal. El objetivo, es el de no superar en ninguno de los ensayos la treintena de músicos que es la cifra tope implementada por la Xunta por el covid.

El regreso a la actividad se está realizando bajo un estricto protocolo de seguridad: acceso solo por la puerta principal, toma de temperatura de cada instrumentista e hidrogel servido en manos. Dentro, la distancia reglamentaria de tres metros que exige la norma, y al término, abandono por la puerta lateral.

Las obras de acondicionamiento del espacio que acometió el concello de Meaño supuso que la empresa Emsac S.L., afincada en Barro y con experiencia en el sector, dispusiera sobre la cancha de hormigón pulido, un cubo de 500 m2, limitándolo en sus cuatro costados por estores de seis metros de alto de color marrón. Unas cortinas confeccionadas con un material idóneo para absorber el sonido. El espacio, a modo de cubo, cuenta con una iluminación interior, más unos estores espaciados que cubren la parte superior, con el objeto de ofrecer un marco adecuado para evitar la reverberación del sonido.

Las primeros test han resultado positivas. Las valora Juan Portela, director de la Escuela de Música Municipal de Meaño: “Con los grupos de treinta músicos, la experiencia ha sido buena”. “El cubo dispuesto -agrega- parece bien en sonoridad con los chavales y, por supuesto, en espacio, puede cumplir con holgura con los tres metros de distancia que deben guardarse entre cada músico”. Cierto que con la BUMM, por su mayor potencia sonora, la calidad sonora del cubo quedó un tanto en entredicho.

Los test evidencian tres carencias que apuntan los músicos, y que cabe ir ajustando. Por una parte, la sonoridad, en que para mejorarla cabría probar con disponer de estores en todo el techo para conformar un cubo cerrado. Por otra, la necesidad de un deshumidificador industrial para quitar la condensación de la cancha cuando llueve –problema que arrastra de siempre este pabellón, y al que se unen pequeños charcos de agua que afloran por el lateral sur–. Y el tercero, ajustar o reforzar la iluminación interior del cubo, dado que los cuatro focos se muestran insuficientes para que los músicos en algunas zona puedan ver bien las partituras, amén de que uno de los focos produce un ruido constante y molesto que dificultada la concentración.

La Banda Unión Musical de Meaño hacía público su malestar el pasado 18 de septiembre con un comunicado en el exigía al concello una solución para un local de apenas 100 m2 en el que, por la situación covid, era imposible mantener la actividad de las tres bandas (Infantil, Xuvenil y BUMM).

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