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El mercadillo reduce puestos en Alexandre Bóveda para dejar la calle abierta al tráfico en doble sentido

La feria abandona el casco antiguo para facilitar el trabajo hostelero y proteger el patrimonio

Desde mañana la calle Alexandre Bóveda quedará abierta al tráfico los siete días de la semana. // I. Abella

El mercadillo de Vilagarcía regresa mañana con una nueva distribución con la que además de cumplir con las normas de protección contra el coronavirus, también "garantiza la fluidez del tráfico en el centro urbano, aporta seguridad vial, permite reordenar la actividad ambulante por sectores, protege el casco antiguo y facilita el desarrollo de la actividad hostelera", sostienen desde el Concello. Las principales novedades son la reducción de puestos en la calle Alexandre Bóveda (la de la plaza de abastos), que mantendrá la circulación de vehículos en doble sentido los siete días de la semana, la eliminación del mercado en las calles del casco antiguo (Castro, Vergara, Rúa do Cristo y Xeneral Pardiñas) y la reubicación de los puestos en los primeros tramos de Arzobispo Lago y Vista Alegre.

La reestructuración que se pondrá en práctica mañana no solo ha tenido en cuenta la actividad de la venta ambulante propiamente dicha (cuyo número de licencias se mantiene con respecto a la situación previa a la crisis sanitaria), sino también aspectos como el tráfico, la seguridad vial, los aparcamientos y hasta la protección del patrimonio del casco antiguo.

En Alexandre Bóveda solo quedará una línea de puestos que ocupará la zona de estacionamiento paralela a la fachada de la plaza de abastos y hasta el cruce con Valle Inclán. Los puestos se orientan hacia el edificio del mercado, donde las aceras ganan amplitud para dar espacio a los clientes.

La eliminación de los aparcamientos del lado opuesto de la calle (los que están en batería) permitirán mantener los dos carriles para vehículos, por lo que la calle tendrán doble sentido de circulación siempre, haya o no mercadillo. De este modo, el autobús urbano podrá tener parada en Alexandre Bóveda para dejar a los usuarios junto a la plaza y la feria. El espacio que ocupen los puestos se convertirán en plazas de aparcamiento en batería invertida y de carga y descarga los días que no haya mercadillo.

Por el momento el ensanche de aceras quedará señalizado con pintura, mientras no se completan los trámites para contratar la obra dentro de los planes de humanización del Concello.

Señalan desde Ravella que mantener de forma permanente el tráfico rodado en Alexandre Bóveda y hacerlo en doble sentido "supone una importante mejora respecto a la situación actual, ya que no será necesario hacer ningún cambio cuando haya mercado".

La plaza de O Castro se libera de puestos para proteger este espacio que sufría un grave deterioro con el trasiego de furgonetas, que incluso dañaron el empedrado que bordea la fuente y por eso dejó de funcionar.

También se elimina la feria de la plaza de Arzobispo Lago y de las pequeñas calles que unen esta plaza con la de Doutor Carús y que atraviesan hacia Arzobispo Lago y Avenida de A Mariña. Su estrechez hacía casi imposible transitar por ellas cuando había mercado. La liberación del casco antiguo también facilitará el desarrollo de la actividad hostelera.

Por sectores, la alimentación se concentrará en la parte posterior de la plaza de la verdura, y el textil, calzado y bisutería en el resto de calles, con excepción del aparcamiento de la nave de la verdura, que se dedicará a menaje, libros, entre otros.

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